Cartas al director

Son servidores públicos

Me refiero al desairado papel que las fórmulas al uso atribuyen, al menos formalmente, a los particulares que deben dirigrse a la Administración pública.El empleo del término «suplico» con que se encabezan los pedimentos. Entiendo que cuando se reclama algo que se supone debido por razones de estricta justicia, no debe suplicarse como concesión graciosa. Es humillante para el ciudadano lesinado en su derecho o en un interés legítimo el tener que producirse en términos de súplica, frente a la Administración que lo ha ofendido.

Además, el tener que dirigirse a la autoridad o funciorio p...

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Me refiero al desairado papel que las fórmulas al uso atribuyen, al menos formalmente, a los particulares que deben dirigrse a la Administración pública.El empleo del término «suplico» con que se encabezan los pedimentos. Entiendo que cuando se reclama algo que se supone debido por razones de estricta justicia, no debe suplicarse como concesión graciosa. Es humillante para el ciudadano lesinado en su derecho o en un interés legítimo el tener que producirse en términos de súplica, frente a la Administración que lo ha ofendido.

Además, el tener que dirigirse a la autoridad o funciorio público utilizando su tratamiento administrativo (exceletísimo señor, ilustrísimo señor, etcétera), también tiende a magnificar la prepotencia de los organismos públicos frente a los administrados. Creo que, por el contrario, el particular debe ser consciente de que se dirige a un servidor público y no a una deidad lejana. El uso de.los tratamientos debe quedar reducido a las necesidaldes protocolarias de la propia Adminisitración.

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