Reportaje:Hacia una nueva politica urbana del centro de Madrid / y 2

No existe una alternativa coherente

El origen de los conflictos del centro reside básicamente en la variedad de intereses que se enfrentan en un espacio privilegiado con un valor altísimo, cuya evolución se ha realizado a través de un largo proceso histórico y que en los últimos años ha entrado en una Fase de aceleración brutal.La contradicción principal se origina, no sólo por la organización física de su estructura urbana inadaptada a los nuevos requerimientos de inversión del capital, sino por la necesidad que éste tiene de extinguir el privilegio «exorbitante» del que disfrutan unas capas sociales de residir aquí, y que supo...

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El origen de los conflictos del centro reside básicamente en la variedad de intereses que se enfrentan en un espacio privilegiado con un valor altísimo, cuya evolución se ha realizado a través de un largo proceso histórico y que en los últimos años ha entrado en una Fase de aceleración brutal.La contradicción principal se origina, no sólo por la organización física de su estructura urbana inadaptada a los nuevos requerimientos de inversión del capital, sino por la necesidad que éste tiene de extinguir el privilegio «exorbitante» del que disfrutan unas capas sociales de residir aquí, y que suponen un obstáculo para su rápida demolición.

Por una parte están los inquilinos y propietarios ocupantes de viejas fincas, los pequeños comerciantes, detallistas, artesanos y pequeños industriales. Por el otro, agentes inmobiliarios, especuladores, agentes económicos y financieros dispuestos a apoderarse de ese espacio y transformarlo, va que ,es un espacio único en la ciudad y necesario para la implantación de nuevas actividades, imprescindibles para la supervivencia del propio sistema. En el fondo, hay un antagonismo de clases sociales más o menos encubierto. Los intereses económicos del capital financiero e inmobiliario chocan contra el resto de los intereses antes mencionados.

Ante este antagonismo, la Administración, con medidas parciales indirectas (impuestos, subvenciones, legislación) o a través de una normativa especial intentará convencer y/o someter a los grupos sociales más débiles y al espacio que ocupan a la lógica inexorable de las leves del mercado.

Pero ante esta situación. cabe preguntarse; ¿Hasta cuándo? Los conflictos urbanos tienden, en general, a minimizarse, aunque atraviesen momentos de agudización. Existe además una inercia conservadora que hace prevalecer después de cada lucha urbana la constatación de que los intereses económicos que están en juego en la ciudad son muy fuertes y difíciles de desplazar.

Por ello no sólo. hay que tener una táctica defensiva, sino una estrategia para proteger el centro de la amenaza de su tranformación en detrimento de sus actuales (y cada vez menos) ocupantes.

¿Existe una alternativa para el centro?

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La revitalización del centro urbano, respetando los intereses de sus habitantes, pasaría por la puesta en práctica de una nueva política urbana que corrigiera los desequilibrios que se manifiestan en el funcionamiento de la ciudad.

Para el tratamiento de una alternativa a la situación actual es necesario distinguir entre aquellas soluciones globales Y a mayor plazo, que sólo podrían ser aplivadas en el marco de una transformación profunda de las estructuras político-administrativas de nuestra sociedad (tales como la socialización del suelo, la financiación y gestión pública de la mejora del patrimonio residencial, el control Y participación en las mismas de órganos representativos de los intereses populares, una política económica para el pequeño comercio, etcétera) de otras medidas correctoras del proceso de degradación y deterioro actuales que introdujesen, junto a simples medidas técnicas, otras tendentes a ejercer un mayor control sobre la privatización y libre usufructo del suelo urbano o que representasen el comienzo de democratización de la gestión pública: medidas que, para no convertirse en nuevos sistemas más racionalizados de gestión capitalista, deberían llevarse a la práctica con el apoyo reivindicativo de los habituales del centro y, en general, de todos los vecinos de la capital.

Para una nueva política urbana, del centro de Madrid

Los puntos que siguen pueden servir de orientación para abrir un debate sobre una nueva política urbana del centro de Madrid yestán basados en experiencias llevadas a la práctica en algunas ciudades europeas.

1.-Propugnar la conservación activa, social y física del centro, impidiendo la expulsión de los habitantes, particularmente de los más desfavorecidos y manteniendo sus actividades tradicionales (comercio. artesanía. pequeña industria). con vistas a obtener un progresivo equilibrio entre la función residencia (vivienda) y las funciones de nivel especializado (culturales, política y económicas).

2.-Aplicar nuevos métodos de intervención sobre la trama urbana. basados en los resultados de estudios de detalle previo,realizado por equipos de técnicos y de representantes de asociaciones de vecinos. Estos métodos consistirían fundamentalmente en llevar a cabo en etapas sucesivas, coordinadas entre sí y en colaboración con la población. la conservación y revitalización del centro (renovando las áreas más degradadas Y restaurando o rehabilitando las que posean elementos urbanos a conservar), mediante un planeaminto parcial por sectores donde se equilibren densidades de población, equipamiento, actividades compatibles, red viaria y plazas de ubicación del automóvil, contemplando cada barrio como unidad con identidad propia.

3.-Iniciar un proceso de revitalización del centro, frenando al mismo tiempo, el proceso especulativo actual y sus efectos anti-sociales (expulsión de la población residente, degradación ambiental debida a la invasión del automóvil, transformación de las viviendas antiguas y los bienes y servicios de uso colectivo en beneficio de actividades terciarias Y privadas, de alto nivel y rentabilidad elevada).

La restitución a sus habitantes y al conjunto de la colectividad interesada en el disfrute de su calidad ambiental, su patrimonio cultural y su variedad de bienes y servicios, debería apoyarse en una serie de medidas tales como:

- Promoción a cargo del Estado, tando en zonas de renovación como en las restauradas, de viviendas sociales, con alquileres bajos, dotadas de los equipamientos y de los servicios necesarios.

- Ayuda estatal en forma de primas Y subvenciones (a través de fórmulas de financiación que impidan cualquier tipo de especulación) a los propietarios, comerciantes e industriales afectados por estas operaciones de remodelación que puedan participar en las mismas a través de diversas formas de asociación o con la opción de seguir ejercitando su actividad en los locales nuevos o reahabilitados, o de ser indemnizados.

- Ayuda económica a las personas de edad avanzada Y a las de bajos recursos para compensar el aumento de precio de los alquileres (sometidos a control por la Administración) y que no deberán exceder del 10% de los ingresos totales de las familias.

4.-Estas propuestas anteriores no podrán ser alcanzadas sin un cambio profundo en la política urbana de la Administración y de los medios jurídicos y financieros para su puesta en práctica. En resumen, se trataría de elaborar una política para el tratamiento social y urbanístico del centro, apoyado en los siguientes principios:

- El sentido exclusivo de servicio a la colectividad en que debe basarse este tipo de intervención, por encima de los grandes intereses económicos que_gravitan sobre este área de la ciudad.

- La necesaria capacidad financiera y jurídica de la Administración para desarrollar con posibilidades de éxito una intervención de gran complejidad, a la que se opondrían intereses minoritarios, pero poderosos.

- El apoyo a la participación activa. en todas sus fases de realización, de la población, a través de sus representantes y organismos vecinales

Medidas transitorias

5.-Hasta que pudiera elaborarse una nueva política urbana, cabría tomar medidas transitorias

- Suspensión temporal de los pIanes y licencias que favorecen los procesos anteriormente descritos y especialmente aquellas operaciones programadas de derribos de edificios en estado habitable o recuperable.

- Limitación gradual (por áreas experimentales) de la accesibilidad al centro de vehículos particulares. programando determinados horarios que faciliten el acceso a los residentes.

- Transformación de la política de realización de aparcamientos en el centro, utilizando los actuales como garages comunitarios para los residentes con subvención municipal, liberando gran cantidad de espacio de la vía pública peatonal.

- Desarrollo de los medios de transporte colectivo y especialmente mejora del Metro.

- Reorganización de la circulación, favoreciendo la disociación entre tráfico peatonal y tráfico rodado y especialmente estudiando circuitos de tráfico rodado del abastecimiento comercial.

- Recuperación progresiva de espacios colectivos y libres, proponiendo la reutilización de edificios susceptibles de cumplir funciones colectivas y que se encuentran en estado de abandono o infrautilización.

- Regulación de nuevos mecanismos de conservación del patrimonio inmobiliario más degradado, favoreciendo las mejoras interiores, y no sólo el revoco de fachadas.

- Realización de un censo de inmuebles y viviendas desocupadas, familias residentes, actividades productivas y número de empleados, etcétera, que permita un conocimiento científico de su realidad social, con vistas a la revitalización posterior del sector.

De todo lo anterior, se deduce un deseo de defender el centro de Madrid del tipo de transformación actualmente imperante.

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