La detención de un líder obrero, obstáculo para la negociación

La detención de Pedro Solavarría, destacado componente de la comisión gestora de los trabajadores de la construcción, es por el momento el principal obstáculo para el inicio de las negociaciones entre la parte social y la empresarial de este sector. Por tanto el conflicto, mientras no sea puesto en libertad el dirigente obrero, pudiera seguir en situación estacionaria.

La detención de Pedro Solavarría se produjo en la mañana de ayer, cuando éste se personó en comisaría con el fin de recoger unos cuadernos que le fueron aprehendidos durante la breve detención que sufrió anteayer en la di...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La detención de Pedro Solavarría, destacado componente de la comisión gestora de los trabajadores de la construcción, es por el momento el principal obstáculo para el inicio de las negociaciones entre la parte social y la empresarial de este sector. Por tanto el conflicto, mientras no sea puesto en libertad el dirigente obrero, pudiera seguir en situación estacionaria.

La detención de Pedro Solavarría se produjo en la mañana de ayer, cuando éste se personó en comisaría con el fin de recoger unos cuadernos que le fueron aprehendidos durante la breve detención que sufrió anteayer en la disuelta asamblea de Recaldeberri. Hasta el momento, que se sepa, ni compañeros ni representantes de la patronal han podido conocer detalles sobre su estado o situación. Se supo a última hora de la noche, que el gobernador había recibido a una comisión de empresarios que le solicitaron la inmediata puesta en libertad del trabajador. Esta es, al menos, la condición, previa a cualquier negociación, impuesta por los trabajadores ayer tarde en su reunión con los empresarios, en un hotel bilbaíno.Once constructores y once obreros, con un detallado punto del día que no comenzó siquiera a discutirse, conversaron durante horas sobre la situación de Pedro Solavarría. Al parecer los trabajadores habrían impuesto también como condiciones indispensables para el inicio de la negociación la libre celebración de asambleas y el fin de las detenciones; condiciones que previsiblemente habrían negociado también los empresarios con el gobernador.

Parece confirmarse, por otra parte la existencia dentro de la patronal de dos sectores bien claros: uno que propugna dureza y más plazo de cierre, y otro que desea negociar urgentemente.

La impresión general en estas prenegociaciones es que los trabajadores esperan una contraoferta; contraoferta que en opinión de algunos empresarios no va a satisfacer mucho a aquéllos por estar basada más en el reconocimiento de la representatividad de la comisión que en alzas de sueldos a los que afirman no poder hacer frente los constructores.

Archivado En