No hubo vuelta al trabajo en la construcción vizcaína

Los trabajadores de la construcción de Vizcaya no se reintegraron durante la jornada de ayer a su trabajo, una vez producida la apertura de las empresas constructoras después de los veinte días de lock-out autorizados por la Delegación de Trabajo a los empresarios. Para éstos, la vuelta masiva de sus productores al trabajo hubiera supuesto inclinar la balanza del conflicto de su lado, forzando una negociación favorable.En Santurce, el domingo, una asamblea celebrada en la plaza con asistencia de alrededor de 5.000 personas -entre productores y familiares de los mismos- habían decidido n...

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Los trabajadores de la construcción de Vizcaya no se reintegraron durante la jornada de ayer a su trabajo, una vez producida la apertura de las empresas constructoras después de los veinte días de lock-out autorizados por la Delegación de Trabajo a los empresarios. Para éstos, la vuelta masiva de sus productores al trabajo hubiera supuesto inclinar la balanza del conflicto de su lado, forzando una negociación favorable.En Santurce, el domingo, una asamblea celebrada en la plaza con asistencia de alrededor de 5.000 personas -entre productores y familiares de los mismos- habían decidido no acudir al trabajo mientras no se inicien, cuando menos, las negociaciones.

En la zona de Durango funcionaron desde primeras horas de la mañana piquetes de mujeres de trabajadores que, acercándose alas obras que iniciaban su actividad, increpaban a los productores, logrando desalojar un buen número de construcciones antes de ser detenidas por la fuerza pública. A mediodía las cincuenta mujeres -que se habían trasladado a Durango en autobús- eran puestas en libertad.

En aquella localidad y en otros puntos de la provincia se registró durante la mañana una tímida actividad.

Las asambleas se celebraron casi con absoluta normalidad durante la mañana en Basauri, Erandio, Bilbao y Baracaldo. En todas estas asambleas se acordó por votación masiva no volver al trabajo mientras no se negocie.

A mediodía algunos empresarios parecían partidarios de iniciar las negociaciones; que no parecen posibles a última hora, al parecer, por serias discrepancias surgidas entre los mismos, divididos en dos bloques: los que quieren postura de fuerza, mano dura, escarmiento ejemplar y acaso un nuevo cierre por dos meses, y los que desean la negociación y el arreglo rápido del conflicto.

El domingo tuvo lugar una reunión en un hotel bilbaíno a la que asistieron once empresarios y once trabajadores que sentaron las primeras bases para una negociación.

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