Un "moderado", en el Ministerio de Agricultura portugués

La crisis gubernamental producida por la dimisión de Lopes Cardoso parece haberse solucionado, al menos temporalmente, con el nombramiento, para titular de esta cartera, de Antonio Barreto, actual ministro de Comercio y Turismo. «La reforma agraria continuará», ha declarado el portavoz del Gobierno. Las próximas semanas darán la respuesta, pues las expropiaciones de nuevas tierras deben comenzar.

El nuevo ministro de Agricultura es un socialista de 34 años, considerado de centro izquierda en su partido pero conocido sobre todo por su fidelidad a Mario Soares. Ayer tomó posesión y puso d...

La crisis gubernamental producida por la dimisión de Lopes Cardoso parece haberse solucionado, al menos temporalmente, con el nombramiento, para titular de esta cartera, de Antonio Barreto, actual ministro de Comercio y Turismo. «La reforma agraria continuará», ha declarado el portavoz del Gobierno. Las próximas semanas darán la respuesta, pues las expropiaciones de nuevas tierras deben comenzar.

El nuevo ministro de Agricultura es un socialista de 34 años, considerado de centro izquierda en su partido pero conocido sobre todo por su fidelidad a Mario Soares. Ayer tomó posesión y puso de manifiesto que no habrá «cambios radicales en la orientación de la reforma agraria». Los dos secretarios de Estado que colaboraban más estrechamente con Lopes Cardoso han sido también sustituidos por hombres de confianza del nuevo ministro, que acumulará dos carteras: Comercio y Agricultura.Más allá de las declaraciones oficiales que señalan la «inexistencia de diferencias de fondo» en el tema de la reforma agraria, es evidente que la orientación concreta de la cuestión agraria va a ser cambiada. Ayer, el vespertino socialista A Luta publicaba un editorial de su director, Raúl Rego, en que decía: «Lopes Cardoso no limó las aristas de Ia reforma agraria que había criticado cuando no era ministro.» El editorial da a entender, pues, que no todo lo que hacía Lopes Cardoso contaba con el apoyo de los socialistas, y se supone que ahora «las aristas van a ser limadas». Soares tiene ya la homogeneidad completa en su Gabinete, lo que equivale a decir que tiene las manos libres para realizar la política que prefiera. Aunque la reforma agraria continuará, los caminos serán diferentes.

Soares ha conseguido la «homogeneidad» en el Gabinete, pero continúa teniendo problemas en el partido. Treinta y ocho elementos de la lista «B» han conseguido formar parte de la comisión nacional, pero se han encontrado con las puertas del partido cerradas cuando pretendían hacer una reunión de la «comisión de trabajo» a la que todos pertenecen. El día 14, los socialistas deberán elegir su «secretariado nacional» de quince miembros, y Soares no parece dispuesto a incluir a ninguno de los sindicalistas que formarán la lista «B». Una oposición sistemática entre ambas corrientes podría ser grave para los socialistas, porque este grupo «controla» la mayoría de los sindicatos socialistas agrupados en la tendencia «carta abierta», que contesta a la Intersindical.

Por su parte, los grupos de «dinamización de unidad popular», que deberían haber realizado un congreso esta semana, han decidido aplazarlo, al parecer por divergencias internas. Se supone que al aplazamiento tampoco es ajena la prisión de Otelo Saraiva de Carvalho, que acaba de cumplir su segunda semana en la cárcel de Caxias.

La inquietud entre los militares continúa también. Algunos consejeros de la Aviación y de la Marina han manifestado al presidente Eanes su preocupación por el discurso de Melo Antunes, en el que éste potenciaba considerablemente el papel de los militares en la vida política. Al parecer, el presidente Eanes ha quitado importancia al asunto, pero algunos observadores indican que las afirmaciones de Melo Antunes han sido poco oportunas.