Más protestas en Gran Bretaña contra la presencia de Ponomarev

Ponomarev, encargado de las relaciones con los partidos comunistas del Comité Central del PCUS, presenció ayer un partido de fútbol en Escocia, donde también hubo manifestaciones de protesta. En estas circunstancias, ha reiterado el político soviético, es imposible que Brejnev cumpla con su propósito de visitar el Reino Unido.

Ponomarev ha sido acusado en Gran Bretaña de haber sido uno de los estalinistas más poderosos. Una información aparecida ayer en The Times en la que se dice que en tiempos de Stalin Ponomarev apenas gozó de poder político ha contribuido a calmar los áni...

Ponomarev, encargado de las relaciones con los partidos comunistas del Comité Central del PCUS, presenció ayer un partido de fútbol en Escocia, donde también hubo manifestaciones de protesta. En estas circunstancias, ha reiterado el político soviético, es imposible que Brejnev cumpla con su propósito de visitar el Reino Unido.

Ponomarev ha sido acusado en Gran Bretaña de haber sido uno de los estalinistas más poderosos. Una información aparecida ayer en The Times en la que se dice que en tiempos de Stalin Ponomarev apenas gozó de poder político ha contribuido a calmar los ánimos.Por otro lado, el líder sindicalista británico Len Murray, que el año Pasado fue el anfitrión de Chelepin y que ahora también ha recibido a Ponomarev, ha dicho que los manifestantes de estos días no representan a la clase trabajadora británica. Las declaraciones del secretario general de los Trade Unions aparecen en el número de ayer de Pravda.

Las manifestaciones contra Ponomarev han sido promovidas sobre todo por representantes de la comunidad judía, y por políticos asociados con el Partido Conservador británico, que sostienen que cualquier gesto de amistad con la URSS puede conducir a un debilitamiento de la seguridad de la Europa occidental.

Según se desprende de las informaciones publicadas en la prensa británica, el encuentro de Ponomarev con el ministro de Exteriores inglés, Anthony Crosland, tuvo también un carácter polémico, porque Crosland le planteó al representante soviético diversos problemas relacionados con el tratamiento que se le dispensa en la URSS a las comunidades minoritarias, especialmente la judía, y a los disidentes. En Gran Bretaña se estima que esa actitud va en contra de lo que se acordó hace un año en Helsínki.