La aventura y el orden
Casi en las mismas fechas socialistas y socialdemócratas (Partido Popular Democrático) portugueses celebrarán sus respectivos congresos. Y de nuevo aparecerán en claroscuro Mario Soares y Sa Carneiro, líderes máximos de ambas formaciones. Sobre uno -Soares- pesa ahora la púrpura del poder. El otro, recluido en sus cuarteles de invierno, sigue esperando.Apenas cuatro meses después de haberse formado el Gobierno monocolor socialista, todo indica que su salud es quebradiza pese a la moderación de sus enemigos de extrema izquierda o de los comunistas. Las luchas internas en el seno del socialismo ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Casi en las mismas fechas socialistas y socialdemócratas (Partido Popular Democrático) portugueses celebrarán sus respectivos congresos. Y de nuevo aparecerán en claroscuro Mario Soares y Sa Carneiro, líderes máximos de ambas formaciones. Sobre uno -Soares- pesa ahora la púrpura del poder. El otro, recluido en sus cuarteles de invierno, sigue esperando.Apenas cuatro meses después de haberse formado el Gobierno monocolor socialista, todo indica que su salud es quebradiza pese a la moderación de sus enemigos de extrema izquierda o de los comunistas. Las luchas internas en el seno del socialismo portugués parecen haber repercutido considerablemente en la armonía gubernarnental. Entre el maximalista López Cardoso, ministro de Agricultura, y el reformista Cunha Rego, ministro secretario de la Presidencia, existen las mismas diferencias que entre Cunhal y Soares. No es probable, sin embargo, que estas rencillas puedan zanjarse en un congreso multitudinario en el que los problemas ideológicos y organizativos ocuparán obviamente el papel más destacado.
Por otra parte, la realidad sigue impulsando el proceso portugués hacia la derecha. Las nacionalizaciones están paralizadas, la producción sigue bajando, la inflación es galopante y el paro no cede. Hasta el radical programa del Partido Socialista podría verse rebajado por las exigencias del poder. Soares no puede darse el lujo de escoger entre la aventura y el orden.