Bilbao:

Mesa redonda sobre la liberación del individuo

Dos marxistas, un sacerdote, un demócrata liberal y un nacionalista vasco expusieron el domingo en Bilbao, en una mesa redonda organizada dentro de Semana de Pensamiento Cristiano, sus puntos de vista acerca de las supresiones que padece el hombre contemporáneo. Manuel Azcárate, Enrique Tierno Galván, el padre José Alvarez, Antonio Garrigues Walker y José Azurmendi analizaron el tema de la opresión desde sus planteamientos políticos.La opresión política, la económica y la que padece la mujer son, a juicio del señor Azcárate, las tres opresiones más importantes aquí y ahora. En el terren...

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Dos marxistas, un sacerdote, un demócrata liberal y un nacionalista vasco expusieron el domingo en Bilbao, en una mesa redonda organizada dentro de Semana de Pensamiento Cristiano, sus puntos de vista acerca de las supresiones que padece el hombre contemporáneo. Manuel Azcárate, Enrique Tierno Galván, el padre José Alvarez, Antonio Garrigues Walker y José Azurmendi analizaron el tema de la opresión desde sus planteamientos políticos.La opresión política, la económica y la que padece la mujer son, a juicio del señor Azcárate, las tres opresiones más importantes aquí y ahora. En el terreno económico dijo que como marxista considera fundamental terminar con la omnipotencia de la oligarquía, para lo cual el Partido Comunista ofrece su programa de socialismo en la libertad.

Enrique Tierno Galván manifestó que «mientras continuemos con la economía del despilfarro no vamos a avanzar en la liberación del hombre, porque está preso de la carrera productiva». Dijo también que «la represión tiene un origen estructural y mientras no superemos la lucha de clase no superaremos la represión, porque ésta viene impuesta desde un Estado que representa los intereses de la oligarquía ».

Antonio Garrigues Walker se definió como demócrata pesimista y habló del caos de la vida política española, en la que se confunde hoy un demócrata cristiano avanzado y un eurocomunista. «La liberación humana -dijo- es un problema de responsabilidad y honestidad personal».

Desde posiciones nacionalistas, José Azurmendi reclamó la libertad nacional como punto de partida. «La democracia no equivale por sí sola a la libertad. Aquí tenemos ejemplo de Euskadi, una nación descuartizada durante siglos, en la que ningún vasco de hoy ha tenido una relación normal con su propia nacionalidad ».

El padre Alvarez consideró que la liberación humana pasa por la solidaridad entre los pueblos y que es preciso fomentar el entendimiento entre quienes han estado enfrentados. Se mostró escéptico sobre las posibilidades liberadoras que ofrece el marxismo y defendió la teoría de que es preciso potenciar la subjetividad de la persona.

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