Estado de sitio en Colombia
El Gobierno colombiano ha decretado el «estado de sitio» a partir de la noche del jueves. El anuncio fue hecho oficialmente por el ministro colombiano de Gobierno, Cornelio Reyes, quien anunció las primeras medidas que prohíben la realización de manifestaciones públicas en todo el país y sancionan a los profesionales que promuevan huelgas con la suspensión de la licencia.Esta norma está encaminada a contrarrestar del todo la huelga que realizan los médicos de la Seguridad Social en el país y, que con la promulgación del decreto, tendrá que ser levantada inmediatamente.
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El Gobierno colombiano ha decretado el «estado de sitio» a partir de la noche del jueves. El anuncio fue hecho oficialmente por el ministro colombiano de Gobierno, Cornelio Reyes, quien anunció las primeras medidas que prohíben la realización de manifestaciones públicas en todo el país y sancionan a los profesionales que promuevan huelgas con la suspensión de la licencia.Esta norma está encaminada a contrarrestar del todo la huelga que realizan los médicos de la Seguridad Social en el país y, que con la promulgación del decreto, tendrá que ser levantada inmediatamente.
También se autoriza a los organismos estatales la suspensión de contratos oficiales a empleados y funcionarios públicos que participen en paros.
Una secuela de terrorismo urbano con bombas antecedió a la medida gubernamental, la noche pasada en Medellín, y destruyó comercios y entidades bancarias.
La medida fue adoptada para frenar una escalada de violencia que tiene como punta de lanza una serie de secuestros urbanos con matices políticos promovidos por grupos subversivos de extrema izquierda. Las fuerzas armadas reiteraron que «afrontarán cualquier situación que afecte a la tranquilidad ciudadana».
«El estado de sitio es, en Colombia, casi un estado crónico», ha declarado a Televisión Española el embajador colombiano en Madrid, Belisario Betancour.
El señor Betancour afirmó que la Constitución colombiana tiene ya casi un siglo de edad, y que las situaciones en ella previstas para finales del siglo pasado no son los instrumentos jurídicos más idóneos para las situaciones actuales.