Reconversión en Patronal de la Unión Nacional de Empresarios del Metal

La Unión Nacional de Empresarios del Metal celebró ayer su Junta general, en la que se debatieron diferentes temas y se unificaron posturas de cara a lo qué debe ser una nueva etapa de la empresa y de las relaciones económico-laborales con las próximas estructuras sindicales, propiciadas por la reforma sindical que el Gobierno aprobará en breve.

Javier Rico Gambarte y Andrés Ribera Rovira, presidente y vicepresidente de la Unión Nacional, en una reunión con los medios informativos expusieron las líneas maestras de lo que en adelante será esta patronal surgida del sindicalismo oficial.En...

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La Unión Nacional de Empresarios del Metal celebró ayer su Junta general, en la que se debatieron diferentes temas y se unificaron posturas de cara a lo qué debe ser una nueva etapa de la empresa y de las relaciones económico-laborales con las próximas estructuras sindicales, propiciadas por la reforma sindical que el Gobierno aprobará en breve.

Javier Rico Gambarte y Andrés Ribera Rovira, presidente y vicepresidente de la Unión Nacional, en una reunión con los medios informativos expusieron las líneas maestras de lo que en adelante será esta patronal surgida del sindicalismo oficial.En un principio hicieron hincapié en la gran preocupación que supone el ser o no ser representativos, hecho éste que quedó claro en la Junta general al refrendar los asistentes la representatividad de las cerca de cien mil empresas que forman parte de la Unión Nacional, poniendo de relieve que puede decirse que prácticamente el total de las empresas importantes del sector están representadas y encuadradas en la Unión Nacional de Empresarios del Metal. Con gran respecto a las patronales independientes que en el actual momento están surgiendo en todo el país, los dirigentes de la Unión expusieron su opinión sobre la necesidad de alcanzar una patronal unitaria y fuerte, con objeto de enfrentarse a los múltiples problemas que actualmente atraviesa la empresa.

En la reunión de la Junta general, la mesa expuso un programa de actuación de cara a un futuro inmediato, programa mediatizado por la grave situación empresarial y las posibilidades conflictivas que ofrece el próximo otoño.

En síntesis, los empresarios del metal hablaron de la reforma política, sobre la que, en principio, les parece positiva y real, en la medida que ellos la conocen, aunque decidieron esperar al discurso del presidente del Gobierno para definirse sobre la citada reforma.

Se abordó también la problemática económica, poniendo especial énfasis en los resultados económicos negativos y, por tanto, de autofinanciación imposible en las dificultades financieras de circulante y en las dificultades financieras para la inversión. Como dato anecdótico se mencionó el hecho de que de cada cien pesetas que presta la Banca, 45 se destinan a aplazamiento de pago; 25, a aumentos de precios; 25, a financiar pérdidas, y sólo cinco, a la inversión. Estas cifras son representativas y, por tanto, altamente alarmantes para los empresarios.

En la exposición sobre las principales necesidades nacionales, son tres las que se plantearon: desempleo, inflación y déficit de la balanza de pagos, problemas éstos que sólo tienen un medicamento, según los empresarios: la inversión y creación de nuevos puestos de trabajo, exportación y productividad.

Sobre el próximo otoño caliente, los empresarios del metal acordaron tres puntos básicos dentro de cuyas coordenadas deberán moverse todas las actuaciones empresariales en este sentido: unidad de actuación, no pérdida de productividad y no inventos, en el sentido de no meter cláusulas piratas en las negociaciones colectivas.

A lo largo de la reunión con la prensa se calificó a la ley de Relaciones Laborales como «muy mala», y se aludió a la necesidad de unas patronales unitarias homologables a las existentes en otros países.

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