Festival, a beneficio del Frente Polisario

Alrededor de 80.000 pesetas se recaudaron en el festival de ayuda al pueblo saharaui, celebrado el pasado Fin de semana en el «Palais Royal», de Santa Cruz de Tenerife y al que asistieron cerca de 700 personas. Se interpretaron canciones (La raza vive, Aguantando, Canta tu unidad ... ) y poemas, a cargo de: Taburete FoIk, Tanco Juan Carlos Senante y José Manuel Abreu. Un poeta canario, Pepe Orive, arrancó inacabables ovaciones del público («Sahara, pueblo amigo/ alerta, tierra hermana/ ... tus ojos miran al mundo y lo confunden ... ), y luego, el periodista Ramón Panellas habló sobre el...

Alrededor de 80.000 pesetas se recaudaron en el festival de ayuda al pueblo saharaui, celebrado el pasado Fin de semana en el «Palais Royal», de Santa Cruz de Tenerife y al que asistieron cerca de 700 personas. Se interpretaron canciones (La raza vive, Aguantando, Canta tu unidad ... ) y poemas, a cargo de: Taburete FoIk, Tanco Juan Carlos Senante y José Manuel Abreu. Un poeta canario, Pepe Orive, arrancó inacabables ovaciones del público («Sahara, pueblo amigo/ alerta, tierra hermana/ ... tus ojos miran al mundo y lo confunden ... ), y luego, el periodista Ramón Panellas habló sobre el proceso de transformación política y social del pueblo saharaui durante casi media hora, exhibiéndose a continuación un cortometraje de Fernando Guzmán, titulado Tiempo de vivir en el silencio. Por último, el escritor tinerfeño José Junco, recitó un largo poema dedicado a un amigo polisario que llevaba por título Como si fuera la tierra un piso para alquilar, al que siguieron otros tres, en un clima de apoteosis general.Una bandera tricolor canaria (blanca, azul y amarilla) hizo su aparición entre el público a mitad del festival, en manos de un joven que la paseó por todo el recinto hasta depositarla en el escenario, mientras los asistentes gritaban al unísono «El pueblo canario. con el frente polisario», y «Canarias unida, jamás será vencida». Al final, con las voces roncas de tanto gritar y en medio de un clima de pacífica. pero intensa politización, la gente abandonó el «Palais Royal» sin incidentes.