LLamamientos para la liberación de Bukovsky, disidente ruso

¿Qué es un preso político en la Unión Soviética

Eugene lonesco y el director de Le Figaro, Jean d'Ormesson, enviaron ayer un telegrama al presidente Giscard para que intercediera por la liberación del disidente ruso, Vladimir Bukovsky, uniéndose así a un llamamiento hecho por la madre del escritor en el mismo sentido, y que pide que se deje emigrar a Bukovsky a Israel o los Países Bajos, donde irecibió una oferta para enseñar en la Universidad de Leyde.

VIadimir Bukovsky, antiguo miembro del Komsomol (Juventud Comunista), sobre el que pesa una condena de siete años de cárcel por «difamación contra el Estado», es uno de los objetivos ...

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Eugene lonesco y el director de Le Figaro, Jean d'Ormesson, enviaron ayer un telegrama al presidente Giscard para que intercediera por la liberación del disidente ruso, Vladimir Bukovsky, uniéndose así a un llamamiento hecho por la madre del escritor en el mismo sentido, y que pide que se deje emigrar a Bukovsky a Israel o los Países Bajos, donde irecibió una oferta para enseñar en la Universidad de Leyde.

VIadimir Bukovsky, antiguo miembro del Komsomol (Juventud Comunista), sobre el que pesa una condena de siete años de cárcel por «difamación contra el Estado», es uno de los objetivos del Comité contra la Represión, que ha iniciado desde su creación, en abril pasado, una amplia campaña para obtener su libertad.Con 33 años, de los cuales ha pasado diez en prisión, Bukovsky, que actualmente se encuentra en la cárcel de VIadimir, una de las más duras de la URSS, jamás dejó de defender la necesidad de las libertades formales en la Unión Soviética. De este intento ni siquiera le aparta un soplo en el corazón y el reumatismo que padece desde su penúltimo encarcelamiento de 1967a 1971.

Ideas demócratas

Las ideas demócratas de Bokovsky surgieron en su etapa de estudiante. El disidente no quiso que sus ideas se quedasen en meras reivindicaciones, sino que pretendió llevarlas a la práctica, lo que le proporcionó el primer arresto en 1963, cuando existía en la URSS un cierto aire liberalizador con Kruschev. Aquel año, los agentes del KGB encarcelaron a Bukovsky por vender ejemplares de La nueva clase de Djilas y organizar una exposición de pintura moderna. Tener relacio y apreciar el valor de los pintores que desestimaban el sagrado valor del «realismo socialista», a los cuales declaró una «guerra a muerte» el propio Kruschev, era ir demasiado lejos, incluso en unos tiempos en que la campaña desestalinizadora recibía nuevo empuje.Durante dos años, Bukovsky permaneció en el exilio. Perfectamente identificado con la lucha democrática en la URSS, poco después de volver a la libertad, organizó una manifestación para protestar contra la detención de dos disidentes rusos. Bukovsky se defendió ante el tribunal que le juzgó, y acalló a los magistrados. «No hemos violado la ley. Organizaremos nuevas mannestaciones siempre dentro de lo prescrito por la Constitución». El disidente apelaba al artículo 125 de la Constitución soviética por el cual se garantiza «libertad de palabra, expresión, reunión, mítines, desfiles y manifestaciones en las calles».

Centro psiquiátrico

Poner al descubierto la ilegalidad oficial le valió a Bukovsky el internamiento en un centro psiquiátrico donde «sólo los más hábiles sobrevivían». Como él mismo explica en el dossier que intentó presentar ante el XIV Congreso del PCUS, en 1971, y le valió su última condena, la Unión Soviética había descubierto una nueva enfermedad mental: la oposición.En el informe publiciado en francés por Le Seuil y traducido al castellano por la editora panameña Lasser Press, se daba cuenta de las torturas fisicas y mentales a que están sometidos en la URSS los presos pelíticos. A partir de 1971, desde la prisión de Vladimir Bukovsky ha escrito a jefes de Estado para que presionen ante las autoridades soviéticas, y una petición al Soviet Supremo para que se reconociese el estatuto de preso político en la URSS, motivó un tratamiento severo para el detenido: es decir, poca alimentación y un aislamiento total, que provocó en su madre la petición de libertad ante el temor de la muerte del joven.

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La gran batalla de Bukovsky sigue en pie, contra la burocracia, contra la represion mental de que son víctimas aquellos que se oponen a los dictados de las autoridades, y a favor del reconocimiento por parte del Kremlin de que en la URSS hay presos políticos como él, que lo seguirán proclamando «aunque los muelan a palos» como dijo Grigorenko.

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