Bilbao: la grúa se lleva un coche, con tres hijos del propietario dentro

Un vehículo de la grúa municipal trasladó ayer, desde la Gran Vía, en Bilbao, a las dependencias municipales, un vehículo, con tres hijos de su propietario, en el interior.Francisco Larrauri, oficial de la Marina Mercante, aparcó su cohe, en doble fila, sobre las once menos cuarto, de la mañana, frente al número 89 de la Gran Vía bilbaina, y dejó dentro a sus cuatro hijos, de cuatro, seis, diez y trece años de edad, mientras subía a llevar a cabo unas gestiones en las oficinas de Consulmar.

Poco después, apareció la grúa y uno de los funcionarios pidió al mayor de los hijos del s...

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Un vehículo de la grúa municipal trasladó ayer, desde la Gran Vía, en Bilbao, a las dependencias municipales, un vehículo, con tres hijos de su propietario, en el interior.Francisco Larrauri, oficial de la Marina Mercante, aparcó su cohe, en doble fila, sobre las once menos cuarto, de la mañana, frente al número 89 de la Gran Vía bilbaina, y dejó dentro a sus cuatro hijos, de cuatro, seis, diez y trece años de edad, mientras subía a llevar a cabo unas gestiones en las oficinas de Consulmar.

Poco después, apareció la grúa y uno de los funcionarios pidió al mayor de los hijos del señor Larrauri -una chica de trece años- que moviese el vehículo. La niña manifestó que no le era posible, mientras los curiosos se agolparon para contemplar la insólita escena y los empleados municipales comenzaban los preparativos para trasladar el vehículo mal aparcado. Alguno de los presentes, y entre la indignación general, se ofreció para pagar la multa oportuna, solución que fue rechazada, enérgicamente, por los servidores de la grúa.

En tanto, uno de los hijos del señor Larrauri, de diez años, subió a las oficinas de Consulmar para advertir a su padre de lo que ocurría, pero debió cruzarse con él, sin encontrarlo, y la grúa arrancó con el vehículo y los tres hermanos dentro, mientras el señor Larrauri llegaba a la calle y recibía el correspondiente susto, al ver los corrillos que se habían formado y que su coche había desaparecido.

Aclarado lo ocurrido, se trasladó a las dependencias municipales y tras cumplimentar el trámite establecido, hubo de trasladarse al depósito de coches, en Basurto, donde recuperó el vehículo y sus tres hijos.

El señor Larrauri ha denunciado los hechos ante el juzgado.

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