Entrevista:

La mayoría de los fracasos escolares está causada por problemas afectivos de los niños

Muchos padres de familia españoles comienzan a enfrentarse a los suspensos de sus hijos en su edad de estudio. Otras familias lo que tienen que abordar es el tremendo tema de la enfermedad o problemas mentales en los niños. Entre una cosa y otra existe más relación de la que parece a simple vista, porque los fracasos intelectuales son el producto de fracasos emocionales, de problemas afectivos. Mercedes Valcárcel, doctora de Psicología, psicoanalista, ha trabajado en Suiza varios años con Piaget, una de las figuras mundiales de la Psicología actual.

Los padres no se preocupan todavía su...

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Muchos padres de familia españoles comienzan a enfrentarse a los suspensos de sus hijos en su edad de estudio. Otras familias lo que tienen que abordar es el tremendo tema de la enfermedad o problemas mentales en los niños. Entre una cosa y otra existe más relación de la que parece a simple vista, porque los fracasos intelectuales son el producto de fracasos emocionales, de problemas afectivos. Mercedes Valcárcel, doctora de Psicología, psicoanalista, ha trabajado en Suiza varios años con Piaget, una de las figuras mundiales de la Psicología actual.

Los padres no se preocupan todavía suficiente de si los niños tienen o no problemas emocionales. Lo que interesa es que el niño apruebe. Generalmente éste es el motivo por el que unos padres llevan su niño al consultorio del psicólogo o del psiquíatra ante fracasos escolares. Más en niños varones que en hembras.-¿A qué es debida esa supervalorización de los problemas escolares y la infravaloración de los afectivos?.

-Existe un error muy generalizado que es la separación de dos conceptos: vida emocional e inteligencia. Esto es válido con fines didácticos, pero conduce a graves consecuencias. Porque en la práctica la vida intelectual y la vida afectiva andan juntas. El equilibrio entre estos dos aspectos es lo que produce una personalidad armónica. No se puede separar la inteligencia de la afectividad. No creo que se lleguen a encontrar técnicas para medir por separado la dimensión afectiva y la intelectual.

-Entonces, respecto a todo ese de mundo de los tests de inteligencia y evaluación de lo intelectual ¿qué se podría decir?.

-Aqui parece que solo interesa la inteligencia. Y es difícil. saber, en realidad, qué es la inteligencia. No existe acuerdo al respecto. Entre los psicólogos hay mucha confusión con este término. A mí me parece que España es un país materialista que tomó el concepto inteligencia y lo intenta poner en cifras. El ciudadano de nuestro país piensa que la inteligencia es lo importante para ganar dinero. Cree que es lo que hace triunfar.

-¿En otros países no es así?

-En otros países se va a la cabeza en la preocupación por la vida emocional. Están muy dé vuelta en lo de la inteligencia, los cocientes intelectuales y todo eso. Saben que ninguno de esos cocientes es lo suficientemente aséptico como -para que el resultado de aplicar los tests deje de estar interferido por la vida emocional. Hay ejemplos de ello. Niños que dan mejores coeficientes, si el test se lleva a cabo por el psicólogo solo que en el curso de una clase. Influye el clima de competitividad en la clase, haciendo bajar a veces el resuItado, mientras que la atención del psicólogo hace al niño sentirse querido y eso le lleva a dar de sí todo lo que puede, a mejorar el resultado del sondeo de inteligencia. Son las circunstancias las que hacen variar, a veces, los resultados.

El fracaso escolar

-Eso nos lleva al tema del fracaso escolar. Antes ha asegurado usted que la mayoría de los niños o familias que piden ayuda psicológica están movidos por el temor o el fracaso escolar. ¿Por qué esos. fracasos escolares?.-Es curioso que esas madres que se desesperan porque el niño no trabaja acepten de buen grado que los adultos tengan, movimiento depresivos, problemas. Hay momentos en la vida adulta. -Y así es reconocido en que se pierde el interés por las cosas. Pues los niños también tienen sus depresiones. Lo que sucede es que no pueden expresar términos como estoy deprimido. Si los adultos tomaran con ciencia de que la infancia, la adolescencia, son edades de la vida en las que el individuo está sometido a enormes presiones; si compren dieran que no se trata de una edad feliz, sino llena de tensiones, enfocarían de otra manera el problema de fracaso escolar.

Hace poco decía Carlos Saura, a propósito de su película Cría cuervos..., que «la infancia es una etapa dolorosa de soledad y de zozobra» Esto coincide con lo que señaló Freud a principios de siglo. A pesar de las radicales negaciones dé los adultos, la infancia es una época de fuertes angustias, en la que el yo psíquico tiene que elaborar muchísimos problemas en muy poco tiempo.

-¿Por eso hay fracaso escolar?

- Más que de fracaso intelectual habría que hablar de fracasos emocionales. Los niños o adolescentes sé deprimen porque tienen que resolver en poco tiempo muchos problemas, como el del cam bio de identidad, nacimiento de hermanos, elaboración de problemas que sus padres les transmiten consciente o inconscientemente Una gran cantidad de fracasos escolares se debe a problemas emocionales. En estos casos no hay métodos pedagógicos para resolver tales fracasos. Se deben emprender experiencias emocionales correctivas: psicoterapia, asistencia... Los niños que tienen problemas escolares suelen ser los más angustiados. La armonía de la persona, incluso los éxitos en la vida, está en función de una vida emocional sana.

-¿El éxitó siempre es función de la salud mental?

-No siempre. También, existen niños que triunfan exageradamente, por así decirlo. Niños que sólo viven para sus notas y que en realidad son niños muy ansiosos y poco felices. Los extremos se tocan. Lo que sucede es que, socialmente, está bien visto tener buenas notas; por eso un padre llevará al psicólogo a un niño que tiene problemas escolares, pero no uno que tenga excelentes notas, aunque éste pueda ser un niño aún más enfermo, que el primero.

-Eso que afirma ¿no es convertir la medianía en ideal?

-No, no lo es. Las personas con identidad van escogiendo poco a poco. Van haciendo sus opciones. Un niño con veinte asignaturas diferentes a lo largo de sus estudios no puede interesarse igualmente por todas. No estoy defendiendo la medianía, sino la libertad interior de ese niño para escoger unas cosas y no otras. Hay experiencias en la vida que resultan más interesantes de ser vividas por los muchachos que la simple actividad escolar.

Enfermedad en los niños

-¿Porqué ese mayor interés por la enfermedad orgánica que por la enfermedad psíquica? Se lleva más a los niños a los médicos del organismo que a los del psiquismo.-Insisto en que nuestro país es bastante materialista con un concepto de enfermedad psíquica, por ejemplo, incluso superado por la ciencia actual. Un ejemplo de ello es que el tema de la subnormalidad está muchas veces mal planteado. Muchos niños de los llamados subnormales son niños en los que no se ha podido detectar nada orgánico. A veces son niños psicóticos no diagnosticados. Se cataloga como subnormal el que da un cociente muy bajo de inteligencia. Y esa es una postura desenfocada ante el problema. La. consecuencia de ello es que luego se emplean técnicas pedagógicas para elevarles el cociente intelectual. Esos niños, en países donde se enfoca la personalidad desde una perspectiva más amplia, viendo la complejidad psico-somática, serían diagnósticados como psicóticos.

-Niños neuróticos, niños psicóticos, subnormales... ¿cuáles son las diferencias?.

-Los niños neuróticos son los que, teniendo problemas emocionales, van funcionando más o menos con un sentido de la realidad básico, aunque a veces esa realidad se viva muy distorsionada por las angustias y los problemas inconscientes. Casi todo el mundo tiene un componente neurótico en su personalidad. Sin embargo, el psicótico, tiene una distorsión importante de la realidad porque la vida emocional es tan frágil que no puede aceptar lo real. Los niños subnormales, como ya he dicho, se diagnostican así por simples mediciones del cociente intelectual. Y un niño psicotico puede tener un cociente intelectual bajo, pero no ser un débil mental o subnormal.

-Frente a esos trastornos ¿cuál es el tratamiento?

-Teniendo en cuenta que España es uno de los últimos reductos de la psiquiatría organicísta, que sólo funciona en razón de ese materialismo antes aludido, se emplean fármacos que intentan actuar sólo sobre los síntomas. Pero los tratamientos correctos deben ser psicoterápicos. Ir viendo las causas de sus miedos y de su huida del contacto con los demás. Ir superando con ellos su distorsión de la realidad, lograr que hagan una experiencia emocional correctiva, ya que su vida afectiva está muy deteriorada por primítivos y profundos conflictos.

-Un tratamiento de este tipo ¿suele ser aceptado por los padres?.

-Los padres tendrían que aceptar la realidad de su propia vida inconsciente, que tanto influye en esos trastornos de los hijos. Suelen decir: «Pero si yo quiero a mis hijos». Pocas veces aceptan reconocer los sentimientos negativos también presentes en las relaciones humanas. Los padres debieran ser conscientes de su actitud inconsciente hacia los hijos. Al niño le llega todo lo inconsciente. Recoge hasta las más, pequeñas cosas, las más profundas manifestaciones de afecto o de agresión. Ahora, en Madrid, se están llevando a cabo muchas experiencias de psicotera pla de grupo de madres que inten tan hacer tomar conciencia a estas madres de sus actitudes inconscientes hacia sus hijos con conflictos. Tanto los padres como los propios niños se sienten mucho más felices cuando entienden lo que pasa a nivel profundo entre ellos.

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