Silencio y discreción en la CEE y en la OTAN

A nivel oficial, el silencio es total en la sede de la OTAN y de la CEE, en la capital belga, a propósito del resultado de las elecciones italianas.

A título privado, en medios de la Comisión de las Comunidades Europeas comentan la situación en Italia, a la luz del veredicto de las urnas, en términos más bien pesimistas. Si bien es cierto que la progresión de la Democracia Cristiana, aleja a -¿temporalmente?- el peligro de un Gobierno monocolor, no es menos cierto que la progresión del PCI aumenta la dificultad de contar con un Gobierno estable en la República Italiana, estado miemb...

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A nivel oficial, el silencio es total en la sede de la OTAN y de la CEE, en la capital belga, a propósito del resultado de las elecciones italianas.

A título privado, en medios de la Comisión de las Comunidades Europeas comentan la situación en Italia, a la luz del veredicto de las urnas, en términos más bien pesimistas. Si bien es cierto que la progresión de la Democracia Cristiana, aleja a -¿temporalmente?- el peligro de un Gobierno monocolor, no es menos cierto que la progresión del PCI aumenta la dificultad de contar con un Gobierno estable en la República Italiana, estado miembro de la OTAN y de la CEE.

Se teme que el largo período que será necesario para formar un Gobierno en Roma, perjudique sensiblemente la marcha de las Comunidades Europeas, cuyas decisiones, como se recordará, son tomadas por unanimidad.

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A medio plazo, los países de la CEE, cuyos Gobiernos no han visto nunca con entusiasmo la posibilidad de un Gobierno de izquierdas en Italia, que pondría en peligro el funcionamiento de la CEE sobre sus actuales bases neocapitalistas, podrían promover un plan de ayuda masiva para la economía italiána. Muchos observadores ven en la eventual recuperación de la economía italiana, la progresión de la confianza de ciertas fracciones de la sotiedad italiana en el partido Demócrata-Cristiano.

Entre los funcionarios de la OTAN es más difícil obtener opiniones sóbre los resultados electorales italianos. Los únicos comentarios del servicio de prensa de la Alianza Atlántica en Bruselas, van en el sentido de que la OTAN sólo reaccionará oficialmente en función del posible Gobierno que se forme en Italia. Es decir, en casó de participaíción de ministros comunistas en el futuro Gobierno, cosa que parece improbable a juzgar por las declaraciones de la DC,

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