Giscard y Callaghan hablarán del tema de España

España podría ser uno de los temas que traten el presidente francés y el primer ministro británico en sus conversaciones inglesas según se publicó ayer en Londres.

Giscard llegó ayer a Gran Bretaña, en la primera visita oficial que hace a este país desde que ocupa la Presidencia de la República Francesa. Es también la primera vez que un jefe de Estado galo viene a Inglaterra, desde que esta nación entró en el Mercado Común en 1973.

La primera conversación que sostuvo con Callaghan se celebró ayer tarde en Bückingham Palace, la residencia real, donde se alojará Giscard d'Estai...

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España podría ser uno de los temas que traten el presidente francés y el primer ministro británico en sus conversaciones inglesas según se publicó ayer en Londres.

Giscard llegó ayer a Gran Bretaña, en la primera visita oficial que hace a este país desde que ocupa la Presidencia de la República Francesa. Es también la primera vez que un jefe de Estado galo viene a Inglaterra, desde que esta nación entró en el Mercado Común en 1973.

La primera conversación que sostuvo con Callaghan se celebró ayer tarde en Bückingham Palace, la residencia real, donde se alojará Giscard d'Estaing mientras permenezca en Inglaterra.

Hoy Giscard y Callaghan volverán a discutir temas políticos, esta vez en el domicilio del primer ministro inglés. Antes, el presidente francés se habrá dirigido al Parlamento británico.

A la visita se le ha dado en Londres una gran importancia política. El propio Giscard ha dicho sobre este encuentro franco- británico que saldrá algo más que un apretón de manos diplomático. Francia quiere- ampliar el eje europeo que ahora comparte con Alemania y pretende atraer a Gran Bretaña a la causa del continente, de la que ahora se halla tan separada como antes de pertenecer al Mercado Común.

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El tema español

En uno de los comentarios que la prensa inglesa dedicó ayer a la significación de esta visita se especulaba con la posibilidad de que Giscard y Callaghan, hablaran de España, un tema que, entre otros, separa a ambos estadistas. «Giscard -decía The Guardian- quiere que España y Grecia se conviertan pronto en miembros de pleno derecho de la Comunidad Económica Europea. Los regímenes de ambos países, piensa el presidente francés, ya han dado muestras suficientes de ser mejores que los Gobiernos previos y necesitan ayuda y estimulo. Sin embargo, Gran Bretaña, continuaba el periódico, manifiesta reservas no sólo con respecto a los dos sistemas políticos sino también en lo que se refiere a una posible ampliación de la CEE.

Pero, África del Sur y el Líbano son los temas principales sotre los que Callaghan y Giscard van a estar discutiendo estos días. En ambos terrenos hay intereses nacionales muy fuertes. Giscard quiere el apoyo británico para hacer realidad la conferencia de paz que reuna en París a las facciones que se enfrentan con el Líbano. Gran Bretaña, por su parte, pretende que Francia detenga en lo posible su comercio militar con el régimen de Suráfrica, para precipitar allí el final del apartheid. Ayer mismo un grupo de parlamentarios laboristas se dirigió al presidente francés pidiéndole que acabara con el comercio.

Parece que concesiones, paralelas en ambos terrenos podrían contentar a los dos políticos.

Petróleo europeo

En el plano económico se mantiene como tema primordial de conversación el de los límites marinos comunes a todos los paises de la CEE. La insistencia británica en ampliar tales límites para compensar las pérdidas que le ha supuesto el tratado de paz con Islandia y la reticencia francesa a aceptar esa demanda han creado un grave punto de fricción que Callaghan y Giscard tratarán ahora de superar.

La disputa que exista sobre la explotación del petróleo- del Mar del Norte no es menos grave. Francia quiere que esa energia sea patrimonio europeo, ayer Callaghan dijo que si la primera revolución industrial la hizo Inglaterra gracias al carbón, la segunda la hará muy pronto y tendrá su base en el petróleo que se guarda en el mar escocés. Gran Bretaña no quiere: desprenderse de esos recursos, pero da la impresión de que Francia, que es la nación europea que más insiste en el reparto de esta fuente de energía, se quedaría satisfecha si el Gobierno inglés acepta un compromiso en virtud del cual todos los países del Mercado Común tendrían acceso al petróleo del Mar del Norte en condiciones privilegiadas, siempre que se enfrenten a una situación, de emergencia.

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