El Gobiemo belga, al borde de la crisis

La rivalidad entre flamencos y valones estuvo a punto ayer de provocar una crisis en el Gobierno belga que, sin embargo, continúa manteniendo un precario equilibrio, aunque es atacado al mismo tiempo por las dos comunidades.Ayer por la mañana, la población fráncófona del país escuchó con indignación las noticias transmitidas por la radio sobre el «asalto» perpetrado por cuarenta miembros de la gendarmería y dos altos funcionarios del Gobierno en el Ayuntamiento de Schaerbeek, municipio bilingüe de Bruselas.

Los «asaltantes» forzaron la puerta del edificio de madrugada, y, una vez dentro...

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La rivalidad entre flamencos y valones estuvo a punto ayer de provocar una crisis en el Gobierno belga que, sin embargo, continúa manteniendo un precario equilibrio, aunque es atacado al mismo tiempo por las dos comunidades.Ayer por la mañana, la población fráncófona del país escuchó con indignación las noticias transmitidas por la radio sobre el «asalto» perpetrado por cuarenta miembros de la gendarmería y dos altos funcionarios del Gobierno en el Ayuntamiento de Schaerbeek, municipio bilingüe de Bruselas.

Los «asaltantes» forzaron la puerta del edificio de madrugada, y, una vez dentro, retiraron los rótulos colocados sobre las ventanillas de servicio al público, en los que, de alguna forma, se concede prioridad a la población francófona sobre la flamenca.

Este mismo asunto motivó, hace dos semanas, la ocupación del despacho del ministro del Interior, Joseph Michel, por dieciséis parlamentario flamencos, que decidieron protestar de forma tan tajante contra la pasividad del Gobierno frente a la discriminación que sufre su comunidad. Los parlamentarios fueron detenidos e interrogados, pero pocos días después el Consejo de Estado. declaraba «ilegal» el sistema de ventanillas de Schaerbeek y daba órdenes muy precisas para que fuera modificado cuanto antes. Al parecer, la resistencia del alcalde francófono, Roger Nols, ha sido la causa del raid llevado a cabo en la madrugada de ayer.

Para compensar la violenta reacción de los partidos francófonos, el primer ministro Tindemans convocó ayer una reunión urgente de su gabinete, en la que se procedió a tratar otro tema. tan conflictivo como el de las ventanillas: la distribución de empleos entre las dos comunidades en la Caja de Ahorros, que ha provocado dos huelgas sucesivas de los flamencos y de los valones.

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