Las reivindicaciones de Renfe continúan pendientes

Las reivindicaciones de los trabajadores de Renfe continúan sin ser atendidas, según informaron a EL PAIS los representantes de la plantilla de esta empresa (72.000 personas a su servicio, lo que la sitúa en primer lugar por amplitud de plantilla), lo que motivará, levantada la militarización, «el restablecimiento de la dinámica habitual de lucha, en la que las asambleas es una práctica ineludible, impuesta por los trabajadores».La primera de estas reivindicaciones, según la citada fuente, es la negociación de un convenio colectivo, «que nos fue denegado por tratarse de una empresa que se muev...

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Las reivindicaciones de los trabajadores de Renfe continúan sin ser atendidas, según informaron a EL PAIS los representantes de la plantilla de esta empresa (72.000 personas a su servicio, lo que la sitúa en primer lugar por amplitud de plantilla), lo que motivará, levantada la militarización, «el restablecimiento de la dinámica habitual de lucha, en la que las asambleas es una práctica ineludible, impuesta por los trabajadores».La primera de estas reivindicaciones, según la citada fuente, es la negociación de un convenio colectivo, «que nos fue denegado por tratarse de una empresa que se mueve con un presupuesto estatal y, por consiguiente, en las deliberaciones deberían intervenir representantes de Trabajo, Obras Públicas y Hacienda».

«Sin embargo -continúan los representantes de los trabajadores- cuando quedó constituido el actual jurado, identificado plenamente con la empresa y contra el que estamos todos los trabajadores, se autorizó el inicio de conversaciones para el convenio».

El convenio, no obstante, no fue posible, y la autoridad laboral hubo de dictar laudo. Contra el laudo, posteriormente, el propio jurado de empresa presentó recurso, «lo que consideramos absurdo, pues no debieron nunca comenzar a deliberar en las condiciones en que nos encontrábamos, militarizados y, por lo tanto, coaccionados para apoyar mediante las oportunas acciones las reivindicaciones que han quedado desatendidas».

Durante los tres meses que el personal de Renfe permaneció militarizado, la actuación de los representantes de los trabajadores -según informaron- estuvo prácticamente limitada a la notificación que recibieron de la empresa sobre la aplicación de la Ley de Relaciones Laborales en lo que hace referencia a la jornada laboral.

En este sentido, la empresa trató de imponer un turno nocturno en talleres de depósito y de material remorcado -agregan las citadas fuentes- como condición previa a la reducción de la jornada laboral, que era de 48 horas semanales, a 44 horas, como establece la Ley de Relaciones Laborales.

Los trabajadores, por su parte, además de oponerse al turno nocturno, propusieron el descanso sabatino alterno como medio de reducir el horario en la medida que establece la citada Ley. La solución definitiva, según los representantes de los trabajadores, ha sido la aceptación de esta propuesta por la dirección de Renfe, junto con el anuncio de que el turno nocturno será impuesto, si es que para su cobertura no cuenta con personal voluntario.

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