El Tercer Mundo se opone a las propuestas USA

A pesar del clima de escepticismo que rodea la IV Conferencia de la UNCTAD (Naciones Unidas para la Cooperación y el Desarrollo), los representantes de 153 gobiernos intentan definir los medios que reducirían las tensiones y el distanciamiento, cada vez más marcado, entre países ricos y países pobres.El mensaje del presidente de Kenia, Jomo Kenyatta, leído por su ministro de Estado, Koinange, en la inauguración de las sesiones de trabajo, concretó tres puntos esenciales:

- Conseguir un acuerdo internacional para la transferencia de tecnología a las naciones en vías de desarrollo.
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A pesar del clima de escepticismo que rodea la IV Conferencia de la UNCTAD (Naciones Unidas para la Cooperación y el Desarrollo), los representantes de 153 gobiernos intentan definir los medios que reducirían las tensiones y el distanciamiento, cada vez más marcado, entre países ricos y países pobres.El mensaje del presidente de Kenia, Jomo Kenyatta, leído por su ministro de Estado, Koinange, en la inauguración de las sesiones de trabajo, concretó tres puntos esenciales:

- Conseguir un acuerdo internacional para la transferencia de tecnología a las naciones en vías de desarrollo.

- Ayuda exterior para incrementar los intercamios comerciales entre las propias naciones en desarrollo.

- Código internacional para regular las fluctuaciones en los mercados de artículos de consumo, y asegurar una justa retribución para los productores del Tercer Mundo.

«Cada aplazamiento en abordar el problema de la pobreza lo hace cada vez más complicado» -añadió Kenyatta en su mensaje.

Sin duda, las intervenciones más esperadas son las que pronuncian hoy el presidente de Filipinas, Fernando Marcos, en nombre del Grupo de los 77 (Tercer Mundo) y Kissinger, quien concluye un viaje a través de seis países africanos. El secretario de Estado norteamericano propone la creación de un banco internacional de recursos, a fin de financiar la explotación y la exportación de las fuentes minerales del Tercer Mundo. Una primera parte de mil millones de dólares (unos 67.000 millones de pesetas), -es decir, la décima parte del capital previsto- estaría cubierta por los países industrializados y productores de petróleo.

Esta iniciativa suscita ya cierto malestar en el Grupo de los 77, que se ha pronunciado en la carta adoptada en Manila el pasado enero, por un programa integral. Oponiéndose a la propuesta norteamericana caso por caso, el secretariado general de la UNCTAD va a lanzar su propio plan de estabilización de precios de diversos productos (café, cacao, té, azúcar, algodón, caucho, fibras duras, cobre y estaño). Para ello propone la creación de un fondo de 6.000 millones de dólares, destinado a financiar los stocks, así como una indexacción de los precios, que aumentarían automáticamente, cada vez que lo hiciera la inflación internacional.

Kissinger se reunió ayer con los delegados de los principales países industrializados no comunistas, con Gaston Thorn, presidente del Consejo de Ministros de la CEE y miembros de la OCDE. El secretario de Estado norteamericano advirtió, tanto a los pobres como a los ricos, que eviten el establecimiento de bloques de potencia económica, que pueden conducir a un desastre general.