Marta García, los del 800m y los relevos, estrellas en el óvalo de Apeldoorn el último día

Cuatro finales del domingo de los Europeos en pista cubierta tendrán protagonistas españoles, y podrían ser cinco con Jaël Bestué y Maribel Pérez en la recta de 60m

Marta García, adelante de todas en su semifinal de 3.000m.Yves Herman (REUTERS)

Con el óvalo de 200m, criminal o adorable, los atletas mantienen una relación de amor-odio proporcional al número de vueltas que deben darle. Hasta 800m, cuatro vueltas, gana el odio, la obligación de calcular cuándo acelerar, el estrés de encontrarse en plena progresión la curva delante elevarse como una muralla. Las de 400m, como Paula Sevilla, y los del ...

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Con el óvalo de 200m, criminal o adorable, los atletas mantienen una relación de amor-odio proporcional al número de vueltas que deben darle. Hasta 800m, cuatro vueltas, gana el odio, la obligación de calcular cuándo acelerar, el estrés de encontrarse en plena progresión la curva delante elevarse como una muralla. Las de 400m, como Paula Sevilla, y los del 400m también, Iñaki Cañal, solo tienen una salida, morir en los primeros 200m para coger la calle libre la primera, y las demás que apechuguen. Y su ciencia y su capacidad la usarán para liderar el domingo a los relevos, protagonistas en sus finales (18.24, hombres; 18.50, mujeres, y la última atleta que correrá en el velódromo será, por supuesto, Femke Bol).

Los de 800m, como Josué Canales, se equivocan, analizan con el corazón a 200 y a casi 30 por hora, aprenden, deciden, triunfan. A las de 1.500m, como a la Esther Guerrero extraordinaria en semifinales, las siete vueltas y media les dan para elaborar y arriesgar, y a las de 3.000m, a Marta García, para sentirse jacobo durante 15 vueltas, casi nueve minutos, paseantes fluidas y casi tranquilas.

El 800m es quizás la prueba más española de la pista cubierta, un logro ya marcado desde 1968 con la medalla de plata de Alberto Esteban, y Canales está convencido de que añadirá su nombre a la larga lista —Borraz, Páez, Trabado, De Teresa, Arconada, Luisja González, Parra, Reina, Jurado, Quesada, Marco, Kevin, De Arriba, Ben— de medallistas. Canales, el mejor ochocentista europeo del invierno y plusmarquista nacional (1m 44,65s), tiene 23 años y debuta en la competición. El último llegado, y, evidentemente, no el más lento. Y tampoco el más torpe a la hora de interpretar los movimientos en el anillo. Y la gestual de las estrellas, a los Lamine Yamal, como el 3-1-3, tres dedos, uno, tres, con que saluda a la cámara cuando anuncian su nombre en la salida. “313, el número de mi habitación en Sant Cugat”, dice después de controlar su semifinal (1m 45,69s) y aprovechar a su favor, como buen yudoca, los golpes del armario tosco neerlandés, Ryan Clarke, apellido sagrado del fondo. “Me ha ayudado. Me ha echado hacia adelante. Las carreras rápidas como esta me favorecen pero también me desgastan. Pero si el domingo hay que correr en 1m 44s, lo voy a correr”.

Cuando duerme mal se siente bien, y ya activado al abrir los ojos Canales, nacido en Honduras, en Girona desde niño pequeño con sus padres migrantes a la fuerza y estudiante y becario en el CAR de Sant Cugat desde hace años. Durmió mal antes de la primera serie y la ganó, el único por debajo de 1m 46s, y volvió a dormir mal pese a la excelencia de la residencia de Papendal, allí donde pasaba el verano el Barça de Cruyff, en la que, lejos de Apeldoorn, a casi 40 kilómetros, se aloja el equipo. “En una pista corta, si la carrera es táctica es muy difícil remontar. A mí no me gusta estar muy atrás porque entre que tienes que gestionar el estrés que llevas, de a ver si lo adelanto o si no puedo, de fallar un acelerón y quedarte sin fuerzas, yo prefiero salir un poquito más rápido y estar adelante”, dice Canales, front runner por devoción y por obligación, y a quien entrena el fondista Carles Castillejo. “Si todos van a piñón y tú reservas bien las fuerzas, puedes remontar. Más o menos es la tendencia que se está optando de casi doblar tiempos de primer cuatro al segundo”.

Es 8 de marzo, día de la mujer, y Marta García se proclama fan del que llama estilo Jacobo, por el fenómeno noruego del medio fondo Jakob Ingebrigtsen. “Me pone ir dejando que la gente caiga y creo que ganar así como que te da un plus de superhéroe”, dice la atleta palentina-leonesa-vallisoletana, toda Castilla y León en sus raíces, y también el valle del Lozoya. Todo un carácter el suyo, y cuando se le intenta corregir, serás superheroína, ¿no?, responde, “es verdad, pero, bueno, es igual que médico-médica Yo siempre digo, soy médico. Yo qué sé, me da igual. Ya me veis, parezco una chica, soy una chica, pues se sobreentiende…”

Siguiendo el estilo Jacobo desde mitad de carrera, locomotora del tren que incrementa progresivamente su velocidad descolgando a los vagones que se le quieren enganchar, la plusmarquista española (8m 38,34s) se ha clasificado para semifinales tomando el mando en su semifinal, la más poblada y peligrosa —la británica Melissa Courtney, la portuguesa Salomé Alfonso, medallista de plata la víspera en los 1.500m…—, tanto que se quedó fuera, en los últimos metros la estrella segoviana Águeda Marqués, pura emoción y lágrimas nublando sus ojos verdes a la hora de rendir cuentas a la prensa, y lamentos por ser tan sentimental, de la misma manera que también quedó eliminada su paisana Idaira Prieto, nombre canario, como su madre, para la hija el gran Antonio Prieto, padre y entrenador. “Así que me da igual el domingo [17.36], tengo que hablar a ver cómo planteamos la final, pero ya te digo que no me da miedo a ningún tipo de carrera”.

El entrenador Thomas Dreissigacker, el técnico que la lleva desde que firmó por On, es el mago detrás del gran invierno pasado de Marta García, su boom, que culminó en primavera con su bronce europeo en los 5.000m al aire libre en Roma. Con Dreissigacker, que también entrena al británico George Mills (7m 27,92s, mejor marca europea del año), otro adepto al estilo Jacobo y, seguramente, el único que puede impedir a Jakob Ingebrigtsen (récord mundial al aire libre de 7m 17,55s), rosa salmón noruego en su último outfit de Adidas, su tercer doblete consecutivo 1.500m-3,000m, Marta García planteará una final en la que también serán rivales la irlandesa Sarah Healy y la neerlandesa Maureen Koster. “Me estoy encontrando ahora en mi pico de forma. En enero venía de un invierno bastante tranquilo, en el que ni he hecho altura. Después de los Juegos mentalmente estaba muy tranquila, pero cuando salté a la pista vi que no estaba todo tan bien como pensaba y, bueno, ahí apreté el culo, mal dicho, pero bueno, y ahora me encuentro muchísimo mejor”, dice la atleta que pasará la primavera en Saint Moritz concentrada. “Creo que probablemente ahora llego mejor que aquel 8′38 de Boston del año pasado. Así que a ver si es verdad”.

Sin amor ni odio por el óvalo maligno y peraltado, porque lo suyo es la recta. Maribel Pérez y Jaël Bestué disputarán los 60m que se dividen en series (12.00), semifinales (16.05) y final (18.37).

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