Una historia del deporte para que lean los ‘zoomers’

Marcos Pereda escribe un ensayo desternillante y sesudo a la vez, y siempre inmensamente riguroso e ideológicamente impecable

Portada del libro Príncipes y esclavos

Marcos Pereda es un equilibrista que transforma un asunto tocho, nada menos que una historia seria sobre, digamos, la componente social y política del deporte, en un ensayo desternillante y sesudo a la vez, y siempre inmensamente riguroso e ideológicamente impecable.

Que nadie se deje engañar por el tono jocoso, coloquial, desenfadado de este Príncipes y esclavos, una historia social y cultural del deporte (Ariel). Lo que escribe Pereda, cántabro como el autor de la Sotileza obligatoria en los bachilleratos de antes, es tan trascendente como cualquier hecho del pasado de e...

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Marcos Pereda es un equilibrista que transforma un asunto tocho, nada menos que una historia seria sobre, digamos, la componente social y política del deporte, en un ensayo desternillante y sesudo a la vez, y siempre inmensamente riguroso e ideológicamente impecable.

Que nadie se deje engañar por el tono jocoso, coloquial, desenfadado de este Príncipes y esclavos, una historia social y cultural del deporte (Ariel). Lo que escribe Pereda, cántabro como el autor de la Sotileza obligatoria en los bachilleratos de antes, es tan trascendente como cualquier hecho del pasado de estudio también obligatorio en las lecciones de historia.

Y estas referencias a la infancia y primera juventud de gentes nacidas aún en el siglo pasado no es ni caprichosa ni gratuita. Sospecha en sus últimas páginas el autor, y tiene buenas razones para hacerlo, que lo que ha escrito, una historia que abarca desde los Juegos Olímpicos de la antigüedad clásica hasta el algoritmo que le dio una World Series a los Astros de Houston hace nada, en 2017, quizás solo les pueda interesar a los boomers, a quienes fueron chavales cuando él, nacido en 1981, lo fue, aquellos para los que “el lunes giraba alrededor del domingo y el viernes giraba alrededor del sábado”.

Propongo, y espero, que no estaría nada mal que se equivocara. La visión, la lectura, que Pereda ofrece del deporte y su trazado a lo largo de los siglos, debería ser de obligatoria lectura para que todos los millennials y todos los zoomers se enteraran de dónde vinieron y a dónde pueden llegar: el nacimiento del Black Power, Jesse Owens, John Carlos, Tommie Smith, Muhammad Alí o Kareem Abdul-Jabbar, las mujeres que rompieron barreras, incluidas Alfonsina Strada, que pedaleó un Giro con hombres hace 100 años, y Kathrine Switzer y su maratón de Boston, los dopings, los golfos, los tramposos… La vida misma, claro.

La relación dialéctica, siempre tensa, entre los deportistas, depositarios de la pasión popular, y el poder, el sistema que solo vive por manipularlo, contada por un maestro en el uso de la anécdota como símbolo, síntoma y señal de la historia, el prolífico Marcos Pereda, historiado, periodista en Jot Down o CTXT y autor de varios clásicos de la literatura deportiva española —Arriva Italia, Periquismo o Crónica de una pasión— a los que se une con esplendor este Príncipes y esclavos.

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