Muere Luis Suárez, leyenda del fútbol español y Balón de Oro
El genial centrocampista gallego hizo carrera en el Inter de Milán tras vestir la camiseta del Barcelona, y en 1960 recibió el galardón al mejor jugador
Luis Suárez Miramontes. A Coruña, 2 de mayo de 1935.
En una de sus últimas visitas a la Ciudad Deportiva Joan Gamper, el histórico exfutbolista Luisito Suárez, fallecido este domingo en Milán a los 88 años, tuvo que acreditar que era Luis Suárez Miramontes, un ciudadano gallego que iba acompañado de un periodista de EL PAÍS, para poder franquear la puerta de entrada del campo de entrenamiento del FC Barcelona. No escapó del protocolo porque la norma exige la identificación, y también por resultar un person...
Luis Suárez Miramontes. A Coruña, 2 de mayo de 1935.
En una de sus últimas visitas a la Ciudad Deportiva Joan Gamper, el histórico exfutbolista Luisito Suárez, fallecido este domingo en Milán a los 88 años, tuvo que acreditar que era Luis Suárez Miramontes, un ciudadano gallego que iba acompañado de un periodista de EL PAÍS, para poder franquear la puerta de entrada del campo de entrenamiento del FC Barcelona. No escapó del protocolo porque la norma exige la identificación, y también por resultar un personaje indescifrable, ni anónimo ni célebre a la vista del portero, simplemente alguien cuya cara le suena de algo sin saber muy bien de qué, digno en cualquier caso de una cierta atención por más que tuviera que presentar el DNI.
Luisito, un diminutivo que con el tiempo ha hecho fortuna para diferenciarlo del uruguayo Luis Suárez, no fue canonizado en el Camp Nou, donde jugó entre 1955 y 1961, pese a ganar el Balón de Oro en 1960, único futbolista español en lograrlo hasta que lo sucedió Alexia Putellas en 2021 y 2022. Ni siquiera llegó a ser el ídolo de una hinchada azulgrana enamorada de Kubala.
Hay un gesto inequívoco para definir el desencuentro de aquel fino centrocampista gallego vestido de azulgrana con la afición del Barça. Luisito Suárez, ya como jugador del Inter (donde militó entre 1961 y 1970), el campeón de Europa, se hartó de ser pitado aquel 25 de agosto durante el partido inaugural de la temporada 1965-1966, y se marchó del terreno de juego con un corte de mangas ante el asombro del público del Camp Nou.
No se recuerda una butifarra igual salvo la de Martí Filosia, que todavía fue más ostentosa, harto del carácter del socio culé que prefería el esfuerzo al talento, la carrera al pase, el sudor a la exquisitez de futbolistas como Luisito Suárez. Hubo quien consideraba que si jugaban Martí Filosia y Suárez, era por capricho de sus entrenadores, y más en el caso de Helenio Herrera. HH rompió con el Barcelona y se llevó a Luisito al Inter después de la desdichada final de Berna de 1961 en que los azulgrana remataron hasta cinco veces a los postes cuadrados del Benfica.
Aquella derrota sacudió a una entidad apremiada por una difícil situación económica y propició el traspaso del centrocampista gallego por una cifra récord de 25 millones de pesetas del año 1961 y un amistoso tasado en otros cinco millones. La afición azulgrana parecía apostar por el veterano Kubala antes que por el joven Suárez en una pugna fratricida, una rivalidad malentendida, de la que sacó mucho partido Helenio Herrera. Un error histórico de acuerdo a la opinión de los especialistas y entendidos como Di Stéfano, quien llamaba a Suárez El Arquitecto. Así quedó grabado para la historia cuando Luisito ganó el Balón de Oro en 1960.
No ha habido ningún otro jugador español en categoría masculina que haya alcanzado un galardón que en 2010 se escapó entre Xavi e Iniesta a favor de Messi, a pesar del Mundial ganado por España. “Si no lo recuerdo yo, nadie dice que soy el único español que ha ganado el Balón de Oro”, repetía a menudo, para después recordar que también alcanzó uno de bronce (1965) y dos de plata, en 1961 y 1964, el último de forma injusta —a su entender— porque su temporada fue mejor que la del ganador, Denis Law: “No olvides que gané la Copa de Europa con el Inter, la Eurocopa con España y la Intercontinental”, apostillaba Luisito sobre ese curso.
Aquel Inter derrotó al Madrid de Di Stéfano en la final de la Copa de Europa de 1964 por 3-1 y un año después al Benfica de Eusebio por 1-0. Aunque Luis Suárez ya había ganado por entonces dos Ligas consecutivas con el Barça frente al mismo Madrid de Di Stéfano, su éxito siempre fue asociado a Italia, incluso después de conquistar también con España la Eurocopa de 1964. Ni siquiera el propio Luisito sabía que marcó el tanto inaugural español en una Eurocopa en 1959. “Los italianos me tienen por un español y los españoles por un italiano”, insistía con su acento gallego y su retranca tan admirada en sus últimas transmisiones con la Cadena SER. Añoraba el marisco, y muy especialmente los centollos y los percebes, hijo del barrio de Monte Alto en A Coruña, futbolista en sus inicios del Deportivo.
Jugador exquisito, técnicamente preciso en el pase y el tiro, siempre elegante como interior, ganador de tres Ligas con el Inter antes de retirarse a los 38 años con la Sampdoria, su trayectoria como entrenador, iniciada en el Inter y después en el Deportivo en 1978, cobró especial protagonismo cuando dirigió a la selección española sub-21 que conquistó la Eurocopa en 1986, paso previo al cargo de seleccionador absoluto que ocupó desde 1988 hasta 1991. El Mundial de Italia 1990 no fue un buen torneo precisamente para Luisito Suárez.
Al final acabó por vivir hasta morir a los 88 años en Milán, cerca de San Siro, seguramente porque se sentía más querido por los italianos, aunque sea el único futbolista español que ha conseguido el Balón de Oro junto a Alexia Putellas. Un honor no correspondido en su país si se recuerdan los pitos del Camp Nou y la indiferencia con la que se le trató mayoritariamente en España.
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