Evenepoel gana la Vuelta a España, el más joven en lograrlo desde 1961

Enric Mas y Juan Ayuso completan el podio junto al belga, que ha madurado y desdibujado las dudas sobre su rendimiento en una carrera de tres semanas

El belga Remco Evenepoel, ganador de la Vuelta, en el podio tras la etapa final de la 77ª edición de la Vuelta Ciclista a España, este domingo en Madrid.Javier Lizón (EFE)
Madrid -

Ha sido una Vuelta en la que las llanuras de Holanda dieron la bienvenida, en la que Enric Mas apareció conduciendo el autobús del Movistar, sonrisa en la boca, recuperación anímica garantizada. Una ronda que explicó que Bennett (Bora) era el más rápido hasta que le descabalgó la covid y ...

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Ha sido una Vuelta en la que las llanuras de Holanda dieron la bienvenida, en la que Enric Mas apareció conduciendo el autobús del Movistar, sonrisa en la boca, recuperación anímica garantizada. Una ronda que explicó que Bennett (Bora) era el más rápido hasta que le descabalgó la covid y Pedersen (Trek) rebatió los argumentos, ganador de tres etapas. Como Carapaz (Ineos), ciclista de emociones fuertes, descontado para la general pero no para el espectáculo. Lo mismo que la revelación Vine (Alpecin), que llegó para quedarse desde las carreras virtuales. Hubo, al fin, triunfos de los españoles tras 121 días de sequía en las grandes —Soler (UAE) y Herrada (Cofidis)—, además de muros como Les Praeres que llevaron al límite a los corredores, bañándose Meintjes (Intermarché) en el río o pidiendo Ayuso (UAE) que le bajaran en coche por una pendiente de 300 metros. Una Vuelta, también, plagada de infortunios por el rebrote de la pandemia en el pelotón y por los topetazos, ninguno como el de Roglic, único en amenazar la fiabilidad del maillot rojo antes de pedirse la baja por las magulladuras. Y, claro, ha sido la Vuelta que ha coronado a Quick-Step y a su líder Remco Evenepoel (Aalst, Bélgica; 22 años), abrasador en la primera semana, sufridor en la segunda y controlador en la última.

En el pelotón no sabían cómo respondería Evenepoel, pues solo había participado en una grande —Giro del curso anterior, cuando se cayó— sin acabarla. “Es la gran incógnita”, reconocía su director deportivo Koen Pelgrim. “Remco hacía cosas extraordinarias, como en la clásica de San Sebastián, cuando atacó desde 40 kilómetros y fue capaz de meter cuatro minutos al grupo. Son exhibiciones que no se ven. Pero en esta Vuelta ha demostrado que gana en cronos, en finales en alto… Va a marcar una época”, le reconoce Juanjo Oroz, director deportivo de Kern Pharma. “Se veía que era un corredor diferente y ahora ha dejado claro que lo seguiremos viendo en los próximos años en las grandes vueltas”, se suma Michel Cornelisse desde Alpecin. “Desde el principio pensábamos que sería el rival a batir, aunque dudábamos de si aguantaría hasta el final ante Roglic. Solo podemos felicitarle”, apuntan desde Jumbo. “No lo ha pasado mal en los últimos días y nos ha sorprendido un poco. Ha gestionado muy bien la carrera. Es fuerte, efectivo y el corredor ideal para el ciclismo moderno”, remata Chente García Acosta, director del Movistar. Y eso es, coinciden todos, porque ha madurado.

Aunque es algo generacional porque los niños se han hecho grandes; la media de edad del podio es de 23 años y 163 días (Remco 22, Mas 27 y Ayuso 19), el registro más joven desde 1935. “Es impresionante lo que han hecho. También Almeida (UAE, 5º en la general, 22 años), Arensman (Ineos, 6º y 22) y Carlos Rodríguez (Ineos, 7º, 21). No hay que tratarles como jóvenes sino como lo que son, profesionales”, resuelve Matxin, director del UAE. “Algo ha cambiado. Son muchos los que ya están a un nivel altísimo porque vienen más preparados”, se suma Xabier Zandio, su homólogo del Ineos. Aunque el mejor ejemplo es Evenepoel, ganador más joven de la Vuelta desde Angelino Soler en 1961 con 21 años.

“Remco era antes impulsivo, explosivo, haciendo actuaciones espectaculares desde lejos. Aquí ha corrido de forma mucho más pausada”, dice Juanma Gárate, director de EF. “Tuvo dos días complicados y los solventó; ha aprendido que hay que pasar momentos malos y que no siempre ganará todas las carreras”, agrega Matxin. “Ha manejado muy bien las situaciones tanto en lo físico como en lo mental”, interviene Zandio. “Ha dado un paso más en su rendimiento y ha demostrado su fiabilidad para hacer una Vuelta impecable”, apostilla Eusebio Unzué, gerente del Movistar.

También se deshacen en elogios a Quick-Step, equipo que perdió al doble campeón del mundo Alaphilippe tras rodar por los suelos, el mejor gregario. “Puede que sin Roglic y, por lo tanto sin Jumbo en esa batalla, haya faltado un equipo que les hiciera daño, pero Quick-Step lo ha hecho muy bien, sobre todo con Cavagna para controlar las fugas”, resuelve Oroz. “Pero en montaña también respondieron, como en Sierra Nevada, cuando pusieron corredores en la fuga. Lo hicieron perfecto”, conviene Gárate. “Se le ha visto solo en pocas ocasiones, se han defendido de maravilla”, ahonda Zandio. Y así, con un equipo detrás y con su madurez, en el día que Juan Sebastián Molano (UAE) ganó el esprint final, Evenepoel se laureó en Madrid.

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