Un vendaje y un día de tregua para Barreda

El de Honda, con la rodilla dañada, cierra la maratón con un 8º y se queda a ocho minutos del líder. Sainz defiende el liderato en coches antes de una novena etapa anulada

Joan Barreda, durante la octava etapa.David Fernández (EFE)

Una etapa maratón, además de lo simpático que resulta ver a los pilotos revisar sus propias máquinas —que las suspensiones estén bien, que el filtro del aceite de las motos quede limpio, algún cambio de motor o arreglo extra, si el día no ha ido bien—, preparar en grupo los libros de ruta —los llamados roadbooks, que les marcan el camino y los peligros—, o dormir en una suerte de comuna, tiene el valor añadido del día después. Una jornada que arranca después de dormir peor de lo que ya se duerme durante el Dakar, y tras un día en el que las tareas de uno se multiplican al no estar per...

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Una etapa maratón, además de lo simpático que resulta ver a los pilotos revisar sus propias máquinas —que las suspensiones estén bien, que el filtro del aceite de las motos quede limpio, algún cambio de motor o arreglo extra, si el día no ha ido bien—, preparar en grupo los libros de ruta —los llamados roadbooks, que les marcan el camino y los peligros—, o dormir en una suerte de comuna, tiene el valor añadido del día después. Una jornada que arranca después de dormir peor de lo que ya se duerme durante el Dakar, y tras un día en el que las tareas de uno se multiplican al no estar permitidas las asistencias mecánicas y el cuerpo duele más de lo normal al no tener la ayuda de un fisioterapeuta, tan habitual su presencia en los equipos.

En el peor de los casos puede pasar, además, que uno se caiga y se haga daño o, en el accidente, destroce su vehículo. Eso les pasó este sábado a dos de los aspirantes a la victoria: Stéphane Peterhansel (Peugeot), que tuvo que arreglar el destrozo en plena especial —chocó con una piedra y rompió la suspensión y la dirección de la rueda trasera— para poder seguir la marcha, con la consiguiente pérdida de una hora y 45 minutos; y Joan Barreda (Honda), que terminó y ganó la etapa como buenamente pudo, con el ligamento de la rodilla izquierda dañado y algo de líquido sinovial después de que se le cayera la moto encima.

La del sábado fue una de las etapas más duras de este rally, exigente desde la primera jornada. Los corredores se encontraron con “hierba de camello muy machacona, pistas de arena muy rápidas y un gran barrizal de unos 340 kilómetros seguidos”, según el relato de Laia Sanz, 19ª, que se quedó atrapada en el barro. Y la de este domingo, el cierre de esta etapa maratón, no iba a ser menos: se trataba de la especial más larga, 498 kilómetros entre Uyuni y Tupiza; y antes de dejar el altiplano tuvieron que enfrentarse a dunas de gran altitud a 3.500 metros de altura. Cosas de competir en Bolivia.

Carlos Sainz, durante la octava etapa entre Uyuni y Tupiza.Martin Alipaz (EFE)

Si bien, esta vez, los favoritos respondieron. Lo hizo Sainz (Peugeot), que abría pista después de la victoria lograda el día anterior y afronta la carrera ahora con toda la mentalidad conservadora de la que es capaz. O sea, la justa. “Ya sabemos cómo se las gasta este Dakar, tremendamente duro. Es cuestión de sobrevivir”, dijo Sainz. Y él lo sigue haciendo. Terminó la octava etapa quinto, a siete minutos del primero. Ahora tiene una hora y cuatro minutos de margen con el catarí, que fue tercero. Se puede permitir eso y más. Especialmente si Peterhansel, como hizo ayer, trata de reponerse del desencanto de haber perdido el Dakar ganando etapas. Pero debe evitar los accidentes, que podrían ser fatales. Su error lo esperan sus rivales. “Lo daremos todo hasta el final. Si Carlos comete un error, podríamos alcanzarle”, concedía Al-Attiyah.

También respondió Barreda, que trató de minimizar el dolor y ganar estabilidad en la rodilla con un fuerte vendaje. Y pudo rodar muy rápido, especialmente en los últimos kilómetros. Terminó octavo y cedió 12 minutos respecto del ganador, Antoine Meo (KTM); perdió apenas cuatro con el líder, Van Beveren, de quien ahora le separan ocho minutos. Toby Price (KTM), que acabó tercero, le supera ahora en la general, pero las distancias son tan cortas entre los seis primeros que en las jornadas que quedan hasta Córdoba podría pasar cualquier cosa. Incluso que Laia Sanz sea capaz de mejorar la histórica novena posición del 2015. Terminó la especial novena y ya está 13º de la general.

Clasificación de la octava etapa

Coches. Etapa: 1. S. PETERHANSEL (PEUGEOT), 05:15:18; 2. C. DESPRES (PEUGEOT), +00:00:49; 3. N. AL-ATTIYAH (TOYOTA), +00:02:12; (…) 5. C. SAINZ (PEUGEOT), +00:07:04. General: 1. C. SAINZ / LUCAS CRUZ, 27h 04' 00''; 2. NASSER AL-ATTIYAH / MATTHIEU BAUMEL, +01h 07' 37''; 3. STEPHANE PETERHANSEL / JEAN PAUL COTTRET, +01h 13' 42''.

Motos. Etapa: 1. ANTOINE MEO (RED BULL KTM FACTORY TEAM), 05h 24' 01''; 2. RICKY BRABEC (MONSTER ENERGY HONDA TEAM), +00h 01' 08''; 3. TOBY PRICE (RED BULL KTM FACTORY TEAM), +00h 02' 45''; 4. K. BENAVIDES (HONDA), +00h 05'52''; 7. A. VAN BEVEREN (YAMAHA), +00h 08' 44''; 8. J. BARREDA BORT (HONDA), +00h 12' 00''; 9. L. SANZ (KTM), +00h 14' 15''. General: 1. ADRIEN VAN BEVEREN, 27h 22' 03''; 2. KEVIN BENAVIDES, +00h 00' 22'; 3. MATTHIAS WALKNER, +00h 06' 34''; 4. TOBY PRICE, +00h 07' 35''; 5. JOAN BARREDA BORT, +00h 08' 01''; 6. ANTOINE MEO, +00h 09' 56''.

De momento, el Rally da una tregua a los participantes al anular la especial de este lunes. Esta novena etapa fue cancelada para evitar riesgos innecesarios. Se temía a la presencia de El Niño en tierras bolivianas y después de la tormenta que los participantes soportaron el sábado, el Dakar ha decidido huir de las más que posibles inundaciones y fuertes lluvias que se esperan en la zona para este lunes.

Los competidores evitarán así el terreno por el que iba a discurrir la especial, de pistas rápidas, sinuosas algunas, y ríos que podrían ver desbordado su caudal. Irán por carretera, por la ruta de las asistencias, y podrán salir cuando quieran siempre y cuando pasen por el vivac de Tupiza a sellar el cartón de la especial de la octava etapa y estén en Salta, su próximo destino, a tiempo para el briefing de la tarde. La dos ciudades están separadas por unos 500 km. El rally entrará, pues, en Argentina ahorrándose algo de sufrimiento.

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