Los Tigres ganan la Liga MX tras derrumbar al Monterrey (1-2)

Los de Ricardo Ferretti remontan un gol de vestidor y logran su sexto título

Vargas y Aquino celebran un gol.ALFREDO ESTRELLA (AFP)

Los Tigres son el equipo de la década en México. Los felinos dieron una voltereta 1-2 (2-3) frente a su rival repudiado, Monterrey, en el clásico de clásicos, el primero en una final de la Liga MX. La hazaña es aún más grande al hacerlo en territorio hostil, el estadio de los rayados.

La urbe de Monterrey detuvo sus engranajes para seguir el primer derbi regiomontano que definía al camp...

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Los Tigres son el equipo de la década en México. Los felinos dieron una voltereta 1-2 (2-3) frente a su rival repudiado, Monterrey, en el clásico de clásicos, el primero en una final de la Liga MX. La hazaña es aún más grande al hacerlo en territorio hostil, el estadio de los rayados.

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La urbe de Monterrey detuvo sus engranajes para seguir el primer derbi regiomontano que definía al campeón de la liga. Los blanquiazules, favoritos por cerrar en su cancha, habían montado todo un festival en el que aparentaba ser su noche tras siete años sin celebrar algo. La cancha se envolvió de un humo azul que, para los más arriesgados, presagiaba el triunfo de Rayados. Y en dos minutos lo empezaban a hacer realidad. Su delantero Rogelio Funes Mori le cedió un gran pase con los pectorales a Dorlan Pabón que remató como si hubiera sido una flecha. Un 1-0 que daba esperanza.

A los Tigres se les abrió una llaga. Antonio Mohamed, estratega de Monterrey, pidió a sus muchachos aflojar el ritmo. Ese fue su error. Los felinos tomaron el protagonismo. Probaron con tiros a puerta. En uno de ellos tuvieron fortuna. El chileno Eduardo Vargas soltó un tiro bajo tan esquivo que el portero de rayados no pudo detenerlo. El 1-1 se había consumado.

Ricardo Ferretti, sabio como ninguno en el circuito mexicano, pidió a sus chicos seguir bajo el mismo tenor. Cinco minutos después, en un córner sacaron la ventaja. Centró el brasileño Rafael De Souza para un remate de Francisco Meza. Un gol que liquidó, 1-2. Los Tigres fueron agresivos en pocas oportunidades.

Los rayados perdieron por lesión a su defensor y capitán José María Basanta. Mohamed buscaba revulsivos para que se reactivaran Funes Mori, Pabón y Avilés Hurtado. Los de blanco y azul no cesaron de exigir penaltis a favor. A siete minutos de que el cronómetro se detuviera, el árbitro Fernando Guerrero aceptó una falta en el área. Hurtado pidió el balón, la confianza de ser el máximo goleador del torneo le daba crédito para llevar el partido a tiempos extra. Y, en su búsqueda de ser espectacular, mandó su tiro lejos de la escuadra. Ahí Monterrey se derrumbó. No pudo sacudirse a los Tigres que supieron retroceder en el momento oportuno.

Los Tigres ganaron el mejor clásico de su historia. De alguna forma se han cobrado aquella derrota en 1996 frente a Monterrey que significó su descenso. Ya son seis títulos para los felinos, la mitad de lo que han ganado América y Chivas. Los Rayados suman su segunda final perdida en su cancha inaugurada en 2015. Esta noche el rugido del tigre ha retumbado.

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