“Ser el número uno es no tener tregua”

Ferrero alcanzó la cúspide en 2003 y conoce los vértigos de la cima. Analiza el éxito de Nadal y Muguruza, a la que anticipa: "Llegar ahí es grandioso, pero mantenerte es de lo más difícil que hay"

Muguruza sirve durante un partido en el US Open.MATTHEW STOCKMAN (AFP)

A casi 6.000 kilómetros de distancia, de Nueva York a España, un hito extraordinario y único. Roger Federer cedió frente al argentino Juan Martín del Potro (7-5, 3-6, 7-6 y 6-4, en 2h 52m) y la ecuación soñada se cerró. El binomio que hace no demasiado tiempo se contemplaba como una utopía cobró forma y, ahora sí, el tenis español puede sacar pecho y presumir: Rafael Nadal y Garbiñe Muguruza ya gobiernan desde lo más alto. La derrota del suizo, aspirante a desbancar a Nadal en Flushing Meadow...

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A casi 6.000 kilómetros de distancia, de Nueva York a España, un hito extraordinario y único. Roger Federer cedió frente al argentino Juan Martín del Potro (7-5, 3-6, 7-6 y 6-4, en 2h 52m) y la ecuación soñada se cerró. El binomio que hace no demasiado tiempo se contemplaba como una utopía cobró forma y, ahora sí, el tenis español puede sacar pecho y presumir: Rafael Nadal y Garbiñe Muguruza ya gobiernan desde lo más alto. La derrota del suizo, aspirante a desbancar a Nadal en Flushing Meadows, redondeó el binomio que había comenzado a forjarse unas horas atrás, cuando la caída de la checa Karolina Pliskova en los cuartos abrió la puerta de la gloria y descorchó la primera botella de champán.

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Eso, en Suiza, Ginebra, desde donde festejaba Muguruza en el sofá; y después, en el distrito de Queens, zona este de Nueva York, donde Nadal se mostraba tan comedido como siempre, despejando euforias. Sin embargo, hay motivo para la celebración. “Es que es algo extraordinario, algo que han conseguido muy pocos países y por eso hay que valorarlo mucho”, subraya a través del teléfono el valenciano Juan Carlos Ferrero, que también alcanzó la cúspide, en 2003, y la defendió durante ocho semanas. Conoce, por tanto, la dulzura y los vértigos que produce la hazaña.

“Mentalmente es muy duro, porque desde que llegas arriba todo el mundo te pide que ganes Grand Slams y des el máximo en cada momento. Ser el número uno es algo grandioso, pero luego mantenerte es una de las cosas más difíciles que hay. Tienes que jugar muy bien los Grand Slams y los Masters 1.000, así que no tienes una sola semana de tregua. Es precioso, pero también verdaderamente complicado”, agrega el exjugador de Ontinyent, que actualmente moldea al semifinalista Pablo Carreño en la Academia que instaló en Villena (Alicante).

Dicho esto, entonces, ¿cuál es la mejor recomendación para la advenediza Garbiñe? “Desde mi experiencia, yo le diría que intentase estar lo más relajada posible, dentro de la dificultad que ello conlleva; si puede mantenerlo, bien, pero si lo pierde no ocurre nada porque con su nivel tarde o temprano lo recuperará”, indica.

Aprovechar el vacío

“Lo de Garbiñe [23 años] se veía venir, porque ha ido creciendo a pasos agigantados. Ganó Wimbledon y Roland Garros, y ahora esto significa un paso más y la consecuencia de estar jugando muy bien durante todo el año. Ser número uno es la consecuencia de estar jugando durante mucho tiempo muy bien y eso es lo que ha hecho ella. También ha sabido aprovechar la oportunidad, porque Serena Williams ha dejado un vacío muy grande y ella ha sabido estar a punto”, precisa.

Se refiere también Ferrero a Nadal (31 años), que tomó el mando el 21 de agosto después de tres años sin él. “Lo de Rafa era un poco difícil imaginarlo, porque había estado al máximo nivel, luego pegó un bajón y después fue recuperándose... Era difícil pensarlo viendo cómo estaba Djokovic, pero entre el bajón de este y que Rafa ha vuelto al nivel de siempre, e incluso a jugar más agresivo… Él ha visto que todo el mundo juega con mucha agresividad y ha tenido que dar un paso adelante. Ahora juega por delante de la línea y le pega más fuerte que antes. Yo le veo mejor que nunca”, afirma el valenciano.

Con ambos al frente, el tenis español reivindica su bonanza. “Ahora están Rafa, Garbiñe, Carreño haciéndolo genial en Nueva York, Bautista empujando fuerte… Estamos en auge, así que hay que confiar en ellos. Este tipo de jugadores siempre estarán al pie del cañón”, remata Ferrero.

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