Arantxa Sánchez Vicario: “Todos llorábamos, la emoción fue bestial”

Con solo 20 años, la tenista fue la única deportista española que sumó dos metales: un bronce y una plata que le supieron “casi a oro”

Arantxa Sánchez Vicario en 2013.GTRESONLINE

Disputó cinco Juegos y participó en unos sextos como seleccionadora, pero Arantxa Sánchez Vicario (Barcelona, 45 años) lo tiene claro: “Aunque en los de Atlanta también gané dos medallas, como los del 92 ningunos…”. Al aliciente de competir en casa, la tenista sumaba el hecho de llegar pisando fuerte, después de haberse coronado por primera vez en París y tuteándose con una excepcional generación de jugadoras. Con solo 20 años, fue la única deportista española que sumó dos metales, un bronce y una p...

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Disputó cinco Juegos y participó en unos sextos como seleccionadora, pero Arantxa Sánchez Vicario (Barcelona, 45 años) lo tiene claro: “Aunque en los de Atlanta también gané dos medallas, como los del 92 ningunos…”. Al aliciente de competir en casa, la tenista sumaba el hecho de llegar pisando fuerte, después de haberse coronado por primera vez en París y tuteándose con una excepcional generación de jugadoras. Con solo 20 años, fue la única deportista española que sumó dos metales, un bronce y una plata que le supieron “casi a oro”, y cuando se le pregunta sobre qué escena ha visto más veces repetida, apunta hacia el cielo de Barcelona: “El momentazo de la flecha volando hacia el pebetero”.

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Pregunta. Y si tuviera que seleccionar un solo fotograma de aquellos Juegos, ¿cuál sería?

Respuesta. Uf, no puedo quedarme con una sola imagen, porque hubo muchos momentos inolvidables, pero recuerdo mucho el día de la inauguración; de hecho, lo recuerdo como si fuera ayer. Yo iba hacia el estadio en el autobús, junto a los otros deportistas españoles, y tuve la suerte de estar sentada al lado del Príncipe Felipe, que era el abanderado. Estaba muy nerviosa. Después, al llegar a Montjuïc, todo el mundo estaba allí esperándonos y fue increíble. Jamás olvidaré la entrada al estadio... De la emoción me puse a llorar, fue bestial. Recuerdo que miraba a mi alrededor y todos los deportistas estábamos llorando, incluso mucha gente del público también. Fue muy especial.

P. Para usted, como barcelonesa, tuvieron un componente sentimental extra, ¿no?

R. Sin duda, porque competía en casa. Para Barcelona significaron un antes y un después. Los Juegos impulsaron muchísimo a la ciudad, la potenciaron y la proyectaron mucho internacionalmente. Todo el mundo se volcó y el ambiente en las calles era distinto: estábamos todos unidos. La ciudad cambió muchísimo a nivel de infraestructuras y hoy día, 25 años después, aún seguimos beneficiándonos de todos esos cambios.

P. En su caso pudo compaginar la Villa Olímpica con su casa. ¿Cómo fue la experiencia?

R. Quería vivir esa magia de la Villa y tuvimos la suerte de que nos dejaron escoger, porque normalmente no es así. Quise vivir esos momentos previos allí, con el resto de atletas, y luego, cuando llegaron los partidos importantes, entonces volví a casa para tratar de estar lo más concentrada posible. Pude vivir los dos lados y eso es precioso. Pude convivir con otros grandes deportistas e hice muy buenos amigos.

P. ¿Qué es lo que más le impactó de todo el desembarco de estrellas?

R. Para mí fue impresionante lo del Dream Team. Tuve la suerte de poder ir a verlo y eso fue único; creo que en ningún deporte se va a poder ver algo similar a ese equipo, con jugadores tan espectaculares y tan buenos como Jordan, Magic, Bird… También recuerdo mucho los momentos con Manel Estiarte, porque la amistad venía de atrás, pero lo del Dream Team del baloncesto fue inigualable.

Los de Barcelona fueron unos Juegos históricos y únicos. Marcaron un antes y un después

P. Sobre usted había muchos focos. Venía lanzada, con un Roland Garros ya en el bolsillo…

R. Tenía mucha presión encima. Contaban conmigo y en el fondo eso es bonito, porque significa que confían en ti. Tu nombre está ahí, sabes que todo el mundo te observa y debes saber manejarlo, así que en el momento en que salté a la pista se me pasaron todos esos nervios. Tenía el apoyo de todo el país. Jugué lo mejor que pude, pero perdí en las semifinales contra Jeniffer Capriati después de un partido muy duro. Tuve mis opciones, pero al final se me escapó. Me llevé el bronce y después también conseguí la plata junto a Conchita.

P. Aunque no compitieron Seles, Navratilova ni Sabatini, ¿hasta qué punto sorprendió lo de la estadounidense Capriati?

R. Era joven, precoz, sacaba bien y aunque venía con una trayectoria muy buena poca gente podía esperarlo. A la hora de apostar nadie hubiese dicho que ella iba a llevarse el oro; quizá una medalla, pero no el oro... Que, por cierto, fue totalmente merecido porque jugó mejor que Stefi [Graf, plata] y que yo.

* VÍDEO: Partido de cuartos entre Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez (Barcelona 92)

P. ¿Y qué me dice de la final de dobles, contra Gigi y Mary Joe Fernandez?

R. Conchita y yo tuvimos nuestras opciones... pero perdimos en tres sets, en otro partido muy duro. Ellas tenían más experiencia porque habían jugado muchas veces juntas. En aquel momento, si no recuerdo mal, Gigi era la número uno en parejas y Mary Jo siempre fue una jugadora muy sólida. Se lo pusimos muy difícil, pero también se nos escapó el oro.

P. En una entrevista concedida a este periódico, en la antesala a Barcelona 92, decía que prefería una medalla olímpica a otro Grand Slam. En perspectiva, ¿se reafirma?

R. Lo que pasa es que unos Juegos Olímpicos son algo muy distinto a todo lo demás, a tu rutina de competición habitual. El hecho de estar seleccionada, de poder participar y de vivir algo semejante ya es un grandísimo logro de por sí. Los Juegos son cada cuatro años y nunca sabes si vas a poder competir otra vez… Cada año puedes disputar cuatro Grand Slams, pero los Juegos son algo extraordinario. Ganas para ti, pero también para tu país. Una medalla es una medalla y sea de oro, plata o bronce siempre va a quedar para la historia.

Tenía mucha presión encima, pero la gente confiaba en mí

P. Nunca se ha conseguido una cosecha tan buena como la de Barcelona. Resulta un poco paradójico, teniendo en cuenta todos los éxitos que han ido produciéndose después, sobre todo durante la última década. ¿A qué lo atribuye?

R. Bueno, entonces ganamos muchas medallas que a priori no pensábamos que íbamos a ganar... En España siempre hemos contado con excelentes deportistas, porque siempre estamos en lo más alto. A muchos países les gustaría tener a los campeones que nosotros tenemos en muchas disciplinas… Ahora, además, contamos con el factor femenino; en ese sentido y en el de una serie de deportes minoritarios hemos crecido mucho. Lo importante es que todo esto que ha pasado desde Barcelona dure, que dure mucho tiempo. Desde entonces se han ido haciendo las cosas muy bien y lo importante es seguir cuidando la base para asegurarnos una continuidad en el futuro.

P. ¿Cuál fue el verdadero secreto de Barcelona 92? ¿Qué tuvieron esos Juegos que no hayan tenido otros?

R. Marcaron un antes y un después en el olimpismo. Fueron históricos y únicos. Barcelona es una ciudad espectacular, una de las mejores del mundo. Además hubo esa ceremonia inaugural tan especial y se vivieron momentos muy cálidos con la afición, que estuvo al cien por cien de principio a fin… La organización fue perfecta y también hay que destacar a los voluntarios. Todo ese conjunto hizo posible que esos Juegos se recuerden como los mejores, pero no solo para los españoles, sino para la mayoría del mundo. Tú vas fuera y todo el mundo te habla de Barcelona 92. En esos momentos yo era muy jovencita y con el paso de los años lo aprecias todavía más. Es maravilloso haber podido formar parte de ello. Estarán siempre en mi corazón.

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