Análisis:

El susto del botalón

El campeón olímpico cuenta la Volvo Ocean Race desde el barco de Telefónica

Aquí estamos otra vez, a bordo del Telefónica, en la tercera etapa de esta Volvo. Hoy es el quinto día de regata y por fin puedo contaros que hemos cogido el liderato. La verdad es que está siendo una carrera muy intensa, aunque las condiciones de viento son buenas y apenas hemos hecho cambios de vela. Empezamos con algunos problemas y eso ha hecho que hayamos ido un poco a contrapié hasta hace un par de días, cuando conseguimos enderezar el rumbo.

Supongo que habréis visto en la web del equipo (www.teamtelefonica.com) que nada más empezar la etapa, unas cinco horas después del pistolet...

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Aquí estamos otra vez, a bordo del Telefónica, en la tercera etapa de esta Volvo. Hoy es el quinto día de regata y por fin puedo contaros que hemos cogido el liderato. La verdad es que está siendo una carrera muy intensa, aunque las condiciones de viento son buenas y apenas hemos hecho cambios de vela. Empezamos con algunos problemas y eso ha hecho que hayamos ido un poco a contrapié hasta hace un par de días, cuando conseguimos enderezar el rumbo.

Supongo que habréis visto en la web del equipo (www.teamtelefonica.com) que nada más empezar la etapa, unas cinco horas después del pistoletazo de salida, se rompió la amura (parte de adelante de la vela) de nuestro Código Cero (vela que se usa con poco viento), por lo que la vela salió volando y tuvimos que parar y ponernos de popa, en sentido contrario al que íbamos, para poder arriarla. El tema grave no es que rompiéramos la vela, que arreglaron pocas horas después Jordi y Zane, los veleros a bordo. El mayor problema vino que al romperse la vela, de la sacudida que dio, se rompió el tubo de carbono que sujeta el botalón en la proa del barco. Eso sí, tuvimos suerte de que no se rompiese el propio botalón porque hubiera sido fatal. Habríamos sido últimos en esta etapa.

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Después de seguir toda la noche navegando con el foque grande, a la mañana siguiente, cuando ya teníamos a la flota muy cerca otra vez, tuvimos que parar la marcha para sustituir el tubo de carbono roto (bobstay) por un cabo y así poder navegar las velas amuradas en el botalón. Nos costó como tres horas, en las que volvimos a perder bastante tiempo. Perdimos de vista a los líderes pero mereció la pena, ya que era una cosa que teníamos que hacer y el tema era escoger el mejor momento para ello y perder lo menos posible. Con esta solución es obvio que no podemos navegar al 100% porque, aunque el cabo no se vaya a romper, estira, cosa que pone en peligro que se rompa el botalón por la flexión que puede coger. Pero aún así, podemos navegar prácticamente a tope. De todas formas, se prevé muy poco tiempo de uso del mismo, por lo que espero que de ahora en adelante no nos afecte para nada.

Volviendo a la regata, tengo muy buenas noticias. Como he comentado en la primera frase, volvemos a ser líderes de la regata con una ventaja de tres millas con respecto al Camper Team New Zeland y cinco con el Puma, y probablemente podremos extender el liderato un poco más antes de llegar al estrecho de Malaca. Los dos últimos días han sido buenos. Hemos acertado con la táctica y hemos navegado el barco a un altísimo nivel. Ya hemos hablado anteriormente del estrecho de Malaca. Será un punto importante en esta etapa y la flota se volverá a comprimir, con lo que veremos un reinicio de la etapa. Lo bueno será salir cerca de todos para afrontar la última parte, que son unas 1.100 millas náuticas desde Singapur a China, pero eso ya será otra guerra.

Por ahora, nuestro objetivo es llegar los primeros al estrecho y con la esperanza de coger un buen viento que nos haga pasar las 600 millas. Por otro lado, la vida a bordo va bastante bien. Muchísimo calor todos los días pero se lleva bastante bien. Por muy duro que parezca, el calor es siempre mejor que el frío, así que seguiremos tirando para adelante y ya os contaré dentro de unos días cómo sigue la regata.

Un fuerte abrazo desde el Telefónica, desde Índico. ¡Hasta pronto!

Un integrante del Telefónica comprueba el estado de la vela.

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