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‘Eternity’: una comedia romántica con un almibarado sabor añejo

Elisabeth Olsen interpreta a una anciana recién fallecida que debe decidir si quiere pasar la eternidad con su marido (Miles Teller) o con su primer amor (Callum Turner)

Elizabeth Olsen, Miles Teller y Callum Turner, en 'Eternity'.

Las comedias románticas no acaban de encontrar su lugar en el fuego cruzado de las guerras culturales del siglo XXI. Aun así, hay ejemplos tan refrescantes como el de la reciente Mi yo adulta, una rom-com sobrenatural que plantea la posibilidad de recuperar el tiempo con los amores perdidos más allá de la muerte. Desde un lu...

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Las comedias románticas no acaban de encontrar su lugar en el fuego cruzado de las guerras culturales del siglo XXI. Aun así, hay ejemplos tan refrescantes como el de la reciente Mi yo adulta, una rom-com sobrenatural que plantea la posibilidad de recuperar el tiempo con los amores perdidos más allá de la muerte. Desde un lugar muy diferente, Eternity coincide en esa idea del amor post mortem pero no desde una perspectiva adolescente sino desde la vejez. En este caso, se trata de una pareja de ancianos recién fallecida que encara (en un limbo imaginario que parece una convención de Fitur) su eternidad juntos hasta que en esa gran estación de paso a la vida eterna ella se reencuentra con su primer marido, un amor truncado por la guerra de Corea.

Tal es el dilema del personaje de Elisabeth Olsen: pasar la eternidad con el padre de sus hijos y compañero durante décadas, o con el hombre cuya pasión quedó a medias. Al primero lo interpreta Miles Teller y al segundo, Callum Turner, porque en la eternidad no hay edades, sino el mejor yo de cada persona.

El triángulo amoroso entre Olsen, Teller y Turner transcurre en una gigantesca terminal en la que dos azafatos, interpretados por Da’Vine Joy Randolph y John Early, ejercen de bufonescos guías —entre comerciales y espirituales— del más allá. Ambos secundarios, pero sobre todo ella, son lo más gracioso de una película cuyo aire añejo (los personajes fueron jóvenes en los años cincuenta) se queda en la superficie y acaba empalagando, sobre todo cuando las ideas más ingeniosas de Eternity empiezan a resultar reiterativas.

El conflicto de Olsen entre un hombre y otro se dirime en un espacio en el que el más allá es un espejo de un sistema en el que todo forma parte de un stand de feria. Hay trenes para todo tipo de eternidades: de la playa a la montaña, de la discoteca a la misa, todo el mundo puede decidir su paisaje eterno entre una oferta infinita de posibilidades. En esta agencia de viajes superpoblada, Olsen tendrá la posibilidad de meditar sobre su pasado y sobre los dos hombres de su vida.

La mordacidad del director David Freyne asoma de vez en cuando, sobre todo en el caos de esa terminal de paso que vale de contenedor de gags sobre nuestra realidad fragmentada. Pero pese a resultar entretenida, Eternity se desinfla en su recta final, dejando la sensación de que no sabe muy bien qué hacer con su dilema.

Eternity

Dirección: David Freyne.

Intérpretes: Elizabeth Olsen, Miles Teller, Callum Turner, Da'Vine Joy Randolph, John Early.

Género: comedia romántica. Estados Unidos, 2025.

Duración: 112 minutos.

Estreno: 5 de diciembre.

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