Angie Sánchez, un nuevo talento deslumbrante en la canción española
La cantante y compositora debuta con ‘Tiempo al tiempo’, una joya de pop-rock destinada a ser uno de los discos del año
Se ha hecho habitual ver en los medios de comunicación que el nuevo talento musical venga siempre de las orillas de la música urbana o de todo un pop que epata con las nuevas tendencias amparadas por la electrónica. Por eso, quizá sea conveniente destacar cuando el talento, el auténtico, ese que tanto cuesta tener y reconocer, viene de propuestas ancladas en el rock de toda la vida o, al menos, en el tradicional mundo de los...
Se ha hecho habitual ver en los medios de comunicación que el nuevo talento musical venga siempre de las orillas de la música urbana o de todo un pop que epata con las nuevas tendencias amparadas por la electrónica. Por eso, quizá sea conveniente destacar cuando el talento, el auténtico, ese que tanto cuesta tener y reconocer, viene de propuestas ancladas en el rock de toda la vida o, al menos, en el tradicional mundo de los compositores de canciones con guitarra.
Angie Sánchez es una cantante y compositora nacida en Toledo y que viene de labrarse en muchas salas madrileñas y compartir escenario con Leiva, Sidecars Julián Maeso, Jacobo Serra, Virginia Maestro, Nacho Campillo o Anaut. Según ha contado ella misma, hizo la universidad del escenario en conciertos de blues de La Coquette. Este año, ha sacado su primer disco, titulado Tiempo al tiempo, una joya que bien merece reivindicarse ya como uno de los grandes discos españoles de 2025. Es uno de esos álbumes que, ya en la primera escucha, se sienten que pesan con muchos kilates, que guardan tanta calidad dentro que, poco a poco, con cada escucha, sus canciones van cayendo con fuerza en lo profundo del alma.
Tiempo al tiempo está producido por Ricky Falkner, el Rick Rubin español, un fuera de serie que comanda Egon Soda y ha dejado su impronta acompañando a Iván Ferreiro, Love of Lesvian o Standstill, entre otros. Esta apuesta de Falkner, metiéndose a producir un álbum de debut, es ya una buena pista para darse cuenta de lo que acontece: Angie Sánchez es un talento especial.
La cantante tiene una voz que raspa, suavemente hiriente, y que hechiza por ese estilo de songwriter de carreteras secundarias, como de vuelta de todo, masticando la melancolía de forma cruda durante un paseo por la ciudad noctámbula, rodeada de luces de neón o con una flotante mágica bola de espejos brillando sobre ella. Y, de esta forma, si hubiera que situar a Angie Sánchez, en la mejor línea de cancionistas como Christina Rosenvinge o Tulsa, recuerda a Natalia Lafourcade, sin la raíz latina ni folclorista, y con un espíritu más urbano, con más incursiones hacia atmósferas sonoras propias de gente como Angel Olsen o Sharon Van Etten. Un ejemplo perfecto sería ‘El verano’, que bien podría salir de ‘Hasta la raíz’, de Lafourcade, para recrearse en un ambiente con sabor a norteamericana cosmopolita y elegante. Para este sonido exquisito en todo el disco, ayuda la presencia de la steel guitar de David Soler.
En este sentido, una de las grandes virtudes de Angie Sánchez es reunir en sí misma con una naturalidad asombrosa a todo tipo de referentes españoles que hoy en día trabajan como artesanos de la composición de canciones ancladas en la guitarra. De izquierda a derecha, de arriba abajo, por todas partes, se ven destellos que podrían venir de Leiva, Quique González, Coque Malla, Morgan (cuando Nina se pone en modo baladista) o Xoel López.
Una voz deslumbrante, que suena sin imposturas y encaja en letras directas, nada rimbombantes ni barrocas, desplegando el universo interior de alguien en búsqueda de sí misma y con demonios del corazón. Una persona, a veces vagando con la cabeza alta, otras bailando con dulzura, siempre entre la soledad y el contacto humano, con cierto gusto culpable por la autodestrucción. “Desde que tengo uso de razón vivo atrapada en una proyección / Se escucha siempre una voz en off”, canta en ‘Al menos por hoy’ y esta canción casi se podría decir que es una declaración de intenciones. La proyección de esta voz se plasma en todo el disco como una película sobre el lienzo en blanco de la gran pantalla y muestra un relato de supervivencia, bello por su envoltorio sonoro de febril nocturnidad.
Pocos debuts se ven tan estupendos como Tiempo al tiempo, el primer disco de Angie Sánchez, una voz llamada a convertirse en una artista verdaderamente relevante.