‘Un ‘like’ de Bob Trevino’: buenos sentimientos. ¿Por qué no?
La película se centra en dos personas que se hacen amigos por redes. La sigo con interés y en algún momento me conmueve lo que les ocurre, en un filme fácil de ver y de escuchar
Asustadizo como soy e ignorando suicidamente casi todas las milagrosas e imprescindibles funciones de internet (me manejo como puedo con las plataformas, ya que no tengo más remedio que acudir a ellas para ver si encuentro determinadas películas y series, o sea, las de toda la vida), me entran temblores cuando me envían a ver Un ‘like’ de Bob Trevino. Me informan de que el aprobatorio like es un botón que se utiliza continuamente en las...
Asustadizo como soy e ignorando suicidamente casi todas las milagrosas e imprescindibles funciones de internet (me manejo como puedo con las plataformas, ya que no tengo más remedio que acudir a ellas para ver si encuentro determinadas películas y series, o sea, las de toda la vida), me entran temblores cuando me envían a ver Un ‘like’ de Bob Trevino. Me informan de que el aprobatorio like es un botón que se utiliza continuamente en las redes sociales. Pues qué bien que a la gente le gusten tantas cosas en un mundo progresivamente asqueroso.
Y mis prejuicios se llevan una sorpresa. En esta película esas dos personas que se han conocido a través de las redes sociales son representativas de los buenos sentimientos. Y sé que tienen mucho más prestigio artístico y también morbo los sentimientos perversos, pero los buenos también pueden ser creíbles si se expresan bien, sin abusar del azúcar y del empalago, sin adornarlos con mentiras facilonas y excesiva manipulación sentimental. Sigo su relación con cierto interés y en algún momento me conmueve lo que les ocurre. Es una película fácil de ver y de escuchar. No memorable, pero sí bonita.
Y ya sé que tantos profesionales de la impostura se empeñan en devaluar ese adjetivo, pero conozco lo que implica para mí. Y veo demasiadas películas horrorosas con la etiqueta de cine áspero, profundo y de autor. Y taquillazos fabricados por computadora en los que la nada nadea. O sea, que bienvenida sea una cosita armoniosa y cálida como esta.
La dirige Tracie Laymon, que imagino estará encuadrada en ese género, escuela o como quieran denominarlo —tan celebrado por los espíritus de vanguardia— de cine indie. Y cuenta el inicio de una amistad mediante internet de dos personas que se desconocen. Sin embargo, ambas se sienten rotas y muy solas. Ella es joven, en posesión de excesivos kilos, hija de un fulano pedigüeño, llorón, excesivamente miserable y repelente, que incluso le reclama a su hija los gastos por los potitos con los que la alimentó cuando era bebé. Esta se gana la vida como puede y tiene hambre de amistad, de otra persona generosa y de ser escuchada. Él es un arraigado inmigrante, cincuentón, con capacidad para establecer comunicación con alguien vulnerable y resistente, aunque se siente más solo que la una. Arrastra una tragedia familiar y su esposa se ha encerrado en un dolor tan abismal como mudo.
Esas dos personas encontrarán un bálsamo prodigioso en su relación, se sentirán escuchadas, comprendidas y queridas. A la chica, tan desdichada como buena persona, eso no le había ocurrido nunca. A él, que ejerce como receptor, también le vendrá bien la comunicación jamás forzada con otra persona, que también lidia cotidianamente con una soledad dolorosa. Y al final pasarán cosas inesperadas y tristes, aunque la comunicación entre ellos fue gozosa.
Y está convincente, natural, humorística, doliente, desamparada, perpleja y cercana una actriz deliciosa, que desprende humanidad y buen rollo, llamada Barbie Ferreira. También John Leguizamo. Y sales de la sala con una sonrisa. Para mí, eso supone un infrecuente regalo.
Un 'like' de Bob Trevino
Dirección: Tracie Laymon.
Intérpretes: Barbie Ferreira, John Leguizamo, French Stewart, Lauren Lolo Spencer, Rachel Bay Jones.
Género: comedia. EE UU, 2024.
Duración: 101 minutos.
Estreno: 18 de julio.