‘Flow’: el viaje de un gato de animación contra el miedo

Esta preciosa película letona sigue los pasos de una pandilla de animales de diferentes especies unidos ante una catástrofe natural

El gato superviviente de 'Flow'.

La belleza inmersiva de Flow, un mundo que salvar atrapa de inmediato. Esta película de animación sin diálogos sigue los pasos de un gato negro que debe enfrentarse a sus miedos cuando una gran inundación le obliga a dejar su casa y vagar sin rumbo por un mundo extraño y anegado. Planteada como una road movie acuática, su protagonista se embarca para sobrevivir en una precaria Arca de Noé con otras cuatro especies y una quinta en la sombra. El gato se debate entre el miedo a los demás y al agua pero en ambos cas...

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La belleza inmersiva de Flow, un mundo que salvar atrapa de inmediato. Esta película de animación sin diálogos sigue los pasos de un gato negro que debe enfrentarse a sus miedos cuando una gran inundación le obliga a dejar su casa y vagar sin rumbo por un mundo extraño y anegado. Planteada como una road movie acuática, su protagonista se embarca para sobrevivir en una precaria Arca de Noé con otras cuatro especies y una quinta en la sombra. El gato se debate entre el miedo a los demás y al agua pero en ambos casos Flow brinda al espectador una oportuna y valiosa lección sobre cómo enfrentarse al otro y a las adversidades.

Los preciosos dibujos y paisajes creados en 3D por el letón Gints Zilbalodis resultan muy reales en sus expresiones y sonidos. Al mismo tiempo, Zilbalodis nos traslada a un espacio imaginario muy particular cuya cualidad líquida imprime, también gracias a la música, una cautivadora cadencia New Age. La película destila una observación profunda y meditada del mundo animal y de la naturaleza, pero sin renunciar a su propia fantasía. El gato protagonista es una delicia expresiva que logra llevar el llamado “cute art” a una dimensión propia.

Imagen de 'Flow', de Gints Zilbalodis

Flow, que se estrena avalada por múltiples premios (de los Globos de Oro y ganadora a mejor filme de animación en el cine europeo al de los críticos de Nueva York) y por su doble candidatura a los Oscar (Animación y película internacional) y unas cifras de taquilla nada desdeñables en Francia o México (600.000 espectadores de momento en ambas), resulta mucho más sofisticada técnicamente que su primer largometraje, Away (2019).

Zilbalodis insiste en un relato de amistad y supervivencia y, aunque el salto de producción entre ambas sea notable, las dos mantienen un sello común. En Away, el viaje lo protagonizaba un chico que, acompañado de un pajarito amarillo, huía en medio de un paraje volcánico de la amenaza de una extraña sombra negra. Si entonces el medio para esa huida era una moto, ahora lo es un pequeño bote de vela capaz de surcar lugares impredecibles.

Flow comparte con Away el punto sombrío de una distopía con reminiscencias a civilizaciones pasadas, pero a la vez ambas ofrecen la calma de una seudosesión de ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma) que permite al espectador navegar por una burbuja sin tiempo. Aunque el germen de Flow sea un cortometraje titulado Aqua, en la recta final de Away ya aparecía un mundo de gatos negros alrededor de una fuente natural de agua. Seis años después y con su nuevo trabajo, Zilbalodis se confirma como una voz capaz de convertir los sonidos y las imágenes de una fábula animal en una meditación activa para toda la familia.

Flow, un mundo que salvar

Dirección: Gints Zilbalodis.

Género: animación. Letonia, 2024.

Duración: 83 minutos. 

Estreno: 24 de enero.

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