Columna

El Parlamento

La imagen más memorable y épica que tengo del Parlamento es la de Adolfo Suárez y Gutiérrez Mellado

No apareció por el Parlamento el cínico Diógenes, acompañado de su farol. No tuvo la ocasión de responder a los que le interrogaran sobre el objeto de su búsqueda: “Busco a una persona honrada “. A cambio, la bella y locuaz Arrimadas, acompañada por otros profesionales de la indignación, se preguntaba en voz alta: “¿No existe un solo valiente entre toda esa bancada que cambie su voto y haga decaer la investidura?”. Don Vito Corleone lo hubiera planteado de forma más pragmática: “Les haré una propuesta que no podrán rechazar”. Tamayo y Sáez, ambos de corazón tan blanco y sociata, podrían hablar...

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No apareció por el Parlamento el cínico Diógenes, acompañado de su farol. No tuvo la ocasión de responder a los que le interrogaran sobre el objeto de su búsqueda: “Busco a una persona honrada “. A cambio, la bella y locuaz Arrimadas, acompañada por otros profesionales de la indignación, se preguntaba en voz alta: “¿No existe un solo valiente entre toda esa bancada que cambie su voto y haga decaer la investidura?”. Don Vito Corleone lo hubiera planteado de forma más pragmática: “Les haré una propuesta que no podrán rechazar”. Tamayo y Sáez, ambos de corazón tan blanco y sociata, podrían hablar de precios en estas sórdidas movidas.

Vi el estallido en llanto de Pablo Iglesias. Es legítimo y también comprensible. La toma de los cielos ya no era algo soñado, sino real. Imagino que pensaría en sus antecesores familiares y en lo que desea para sus hijos. Pero me deja entre perplejo y jocoso cuando confiesa a Wyoming en El intermedio que su primera medida en el poder que le ha tocado será la inaplazable cuestión del “sí es sí, no es no”. Me hubiera resultado menos hilarante y oportunista si hubiera citado aquella proclama de la canción Guantanamera: “Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar”. Pero seguro que conmovió mogollón a su concienciada pareja.

La imagen más memorable y épica que tengo del Parlamento es la de Adolfo Suárez y Gutiérrez Mellado (Carrillo también, se quedó sentado y fumando cuando todo cristo se tiró al suelo) enfrentándose a unas bestias cutres que portaban metralleta y tricornio. Ahora veo al indescriptible hijo de Suárez haciendo el gesto teatrero y sonrojante de dar la espalda a los de Bildu. Qué hijo tan corto de un padre tan largo.

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