Columna

Ver sin leer

La audiencia interesada en la contienda indochina puede desentrañarla en 'La Guerra de Vietnam'. Los documentales compensan la pereza lectora

'La Guerra de Vietnam'.

Los buenos documentales remedian la ignorancia histórica de quienes no tuvieron tiempo ni paciencia para leer las obras de Grossman y Beevor sobre la II Guerra Mundial, ni ganas de revisar la de Vietnam desde la conciencia de clase del libro de Jonathan Neale, o las crónicas del Michael Herr. Quienes ignoraron la bibliografía sobre el genocidio anticomunista de Indonesia (1965-66), lo conocerán viendo The Act of Killing, de Joshua Oppenheimer, que lo resume en dos horas y media.

El documental compensa la pereza lectora, y ayuda a entender. La audiencia interesada en la contiend...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Los buenos documentales remedian la ignorancia histórica de quienes no tuvieron tiempo ni paciencia para leer las obras de Grossman y Beevor sobre la II Guerra Mundial, ni ganas de revisar la de Vietnam desde la conciencia de clase del libro de Jonathan Neale, o las crónicas del Michael Herr. Quienes ignoraron la bibliografía sobre el genocidio anticomunista de Indonesia (1965-66), lo conocerán viendo The Act of Killing, de Joshua Oppenheimer, que lo resume en dos horas y media.

El documental compensa la pereza lectora, y ayuda a entender. La audiencia interesada en la contienda indochina puede desentrañarla en La Guerra de Vietnam, de Ken Burns y Lynn Novick, en la parrilla de Movistar+ y en Netflix, sin necesidad de desempolvar Lejos de Vietnam (1967), la denuncia de Claude Lelouch, Agnès Varda y otros cinco cineastas contra el intervencionismo estadounidense en el sureste asiático.

Son diez capítulos sobre las operaciones militares y el crescendo antibelicista en Estados Unidos. Casi todo está dicho sobre el logro de la cadena pública norteamericana PBS estrenado el pasado año, que se acometió con un presupuesto de 30 millones de dólares y desde la perspectiva de ambos bandos. La crítica no ha incidido, sin embargo, en la utilidad formativa del metraje entre los telespectadores que perdieron el hábito de la lectura pero no la curiosidad.

El documental reflexiona sobre el pasado colonial, constata el equivocado diagnóstico del Pentágono y la Casa Blanca, y muestra la guerra como nunca antes en televisión. El material audiovisual compendiado es atrayente, intercalado con entrevistas y valoraciones contextualizadas.

Hollywood ha sido el mejor ministerio de propaganda de EE UU, pero siempre fue reacio al rodaje de películas que trascendieran el quebranto psicológico de los veteranos, el horror y los combates. Su industria debiera acercarse al porqué de Vietnam con una superproducción abarcadora de los aspectos políticos, económicos, sociales e ideológicos recogidos en el magnífico documental de Burns y Novick.

Más información

Archivado En