Opinión

‘Haters Back Off’, en el limbo de las series

Esta comedia mezcla un aroma a cine indie con un personaje demasiado insoportable

Steve Little, Colleen Ballanger y Angela Kinsey, protagonistas de 'Haters back off'.

Hay un limbo en el universo de las series en el que habitan un buen puñado de ficciones de las que no hablamos muy bien, ni mucho, pero que no están del todo mal. Son series que no solemos comentar precisamente por eso, porque viven en ese lugar poco evocador. Y en muchas ocasiones son ficciones que necesitan más tiempo para aposentarse. Haters Back Off es una buena abanderada de este limbo.

No es fácil aguantar en Youtube al personaje de ...

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Hay un limbo en el universo de las series en el que habitan un buen puñado de ficciones de las que no hablamos muy bien, ni mucho, pero que no están del todo mal. Son series que no solemos comentar precisamente por eso, porque viven en ese lugar poco evocador. Y en muchas ocasiones son ficciones que necesitan más tiempo para aposentarse. Haters Back Off es una buena abanderada de este limbo.

No es fácil aguantar en Youtube al personaje de Miranda Sings y sus ineptos intentos de convertirse en una estrella cantando tan mal. Y no es fácil ver cómo ese personaje creado en Internet hace unos cuantos años ha evolucionado a comedia de situación en Netflix. Haters Back Off (la traducción vendría a ser algo como 'los que me odiáis, apartaos') consta de ocho capítulos en los que se mezcla un aroma a cine indie con un personaje demasiado insoportable.

Miranda (interpretado por su creadora en YouTube, Collen Ballinger) es una adolescente cuyo único objetivo en la vida es ser famosa en Internet (y en su casa) gracias a sus dotes de canto. Dotes inexistentes e incluso molestas. No afina, no sabe actuar y tiene cero empatía con todo lo que le rodea que no sea ella misma. El personaje funciona bien en YouTube, con vídeos cortos, pero en una historia de media hora, quien se lleva los laureles en la serie son los actores que le acompañan. Sus personajes, la madre, el tío, el vecino enamorado, parecen más interesantes. En la serie a Miranda le falta profundidad, cuesta entender sus motivaciones, el personaje no está del todo bien definido.

La serie funciona para los que ya conocían al personaje y admiraban en YouTube, ahí no hay duda. Pero Haters se queda en ese limbo a medio camino entre una serie que promete, con momentos tiernos, una buena banda sonora y tintes indies, y una que no aporta nada. Pero es Netflix, y hay segunda temporada encargada. Se puede esperar cualquier cosa.

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