Columna

“Buenas noches, tengo cáncer”

Tig Notaro convirtió su dramática experiencia en un monólogo de humor. La tragedia es la mejor receta para la comedia

Tráiler de 'Tig'.Vídeo: Netflix

Su madre murió súbitamente, su novia la abandonó, y, como guinda del pastel, le diagnosticaron cáncer de mama. Todo en el mismo año. Tig Notaro tenía que subirse al escenario, pero no era capaz de soltar su estudiada perorata humorística como si no pasara nada. Así que salió y vomitó su experiencia: "Buenas noches, tengo cáncer". La comedia resultó el mejor antídoto para la tragedia. Esa noche cambió su vida.

"Quería hacer monólogos por última vez. Todo era tan ridículo que me resultó gracioso". Su lucha se convirtió en el documental Tig, disponible en Netflix, que estudia la c...

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Su madre murió súbitamente, su novia la abandonó, y, como guinda del pastel, le diagnosticaron cáncer de mama. Todo en el mismo año. Tig Notaro tenía que subirse al escenario, pero no era capaz de soltar su estudiada perorata humorística como si no pasara nada. Así que salió y vomitó su experiencia: "Buenas noches, tengo cáncer". La comedia resultó el mejor antídoto para la tragedia. Esa noche cambió su vida.

"Quería hacer monólogos por última vez. Todo era tan ridículo que me resultó gracioso". Su lucha se convirtió en el documental Tig, disponible en Netflix, que estudia la compleja mente de esta humorista que aprendió a ahuyentar sus fantasmas abriendo su alma con la risa.

Pero no es exclusivo de Notaro. Los habituales del podcast WTF de Marc Maron sabrán que el humor es terreno fértil para la inestabilidad psicológica. Los casos de abusos, adicciones, depresión o enfermedad mental se cuentan por decenas en una industria que obliga a estar constantemente estudiando y renovándose. Solo en escena controlan durante unos minutos su entorno y afrontan sus inseguridades. No hay límite: cuando rompen el telón y hallan una personalidad propia en sus experiencias, triunfan. Richard Pryor lo hizo con los problemas raciales, Louis C.K. mejoró al ser padre, el feminismo envolvió a Amy Schumer y Anthony Jeselnik se conformó con reírse de niños muertos.

Otros llevan esa personalidad hasta el extremo más oscuro. Maria Bamford ingresó en un psiquiátrico tras descubrir que era bipolar. Como no podía viajar, montó un espectáculo en casa de sus padres. Sus vivencias las ha transformado en la comedia de Netflix Lady Dynamite. Nadie se había atrevido a tocar la enfermedad mental como ella, sin frivolizar pero sin victimizar.

Tráiler de 'Lady Dynamite'.Vídeo: Netflix

Son cómicos que demuestran de primera mano que el humor se halla en cualquier lugar. Que la vida es cruda, pero también absurda y divertida. Ojo, no hay nada frívolo en sus discursos. Los que viven estas experiencias se sentirán más identificados con la comedia que con la dramatización exagerada de un telefilme de sábado por la tarde.

Tig Notaro sobrevivió. Tener hijos es su nueva lucha. Su vida la trasladará a la ficción en una nueva serie de Amazon descrita como traumedia. ¿Preparados para reír de dolor?

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