¿Se deben actualizar los clásicos?

El verbo bien empleado tiene en cada tiempo su hito. Y no parece de recibo trastocar aquellas palabras que han tenido su significado, en su realidad presente. Por ello, unas palabras han llegado hasta nosotros y otras no. Ese es el secreto, la magia del idioma. Traducir, adaptar la forma de hablar de un época a otra, dará resultados poco felices, por no decir absurdos. En lugar de realizar esa purga, eliminar el contexto en el que se comprende las formas, los valores y la realidad de una época; ¿por qué no se practica la sana y valiente explicación ,a pie de página, del significado, la acepció...

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El verbo bien empleado tiene en cada tiempo su hito. Y no parece de recibo trastocar aquellas palabras que han tenido su significado, en su realidad presente. Por ello, unas palabras han llegado hasta nosotros y otras no. Ese es el secreto, la magia del idioma. Traducir, adaptar la forma de hablar de un época a otra, dará resultados poco felices, por no decir absurdos. En lugar de realizar esa purga, eliminar el contexto en el que se comprende las formas, los valores y la realidad de una época; ¿por qué no se practica la sana y valiente explicación ,a pie de página, del significado, la acepción de aquel término que hoy se nos escapa? Cómo se la va a quitar la gracia, el momento a estrofas de maestros del idioma? Me parece, “a la llana y sin rodeos”, una castración. Me pregunto, por ejemplo, ¿cómo se iba traducir este texto? : “—¡Oh hi de puta, bellaco, y cómo es católico! —¿Véis ahí —dijo el del Bosque en oyendo el hi de puta de Sancho—….

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