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WWF denuncia que La Rioja permite cazar lobos y llevarse su cabeza como trofeo por 1.298 euros

Es la primera comunidad autónoma donde la caza del animal se vuelve a convertir en deporte, advierten los ecologistas. Es necesario obtener previamente una autorización administrativa

La orden de caza de La Rioja permite a los cazadores abatir un lobo y llevarse su cabeza como trofeo por 1.298,67 euros desde este miércoles, 1 de octubre, denuncia la ONG conservacionista WWF. El número de ejemplares a matar se debe autorizar por la comunidad autónoma y depende de lo que recojan los planes de los cotos o en los daños causados a la cabaña ganadera, “sin ninguna base científica, con la única meta de impedir la recuperación de la especie en la región”, añaden los ecologistas. La orden especifica que será preceptiva “la expedición previa de la correspondiente autorización administrativa para ejercer dicha caza”. Este periódico ha intentado recabar la opinión del Gobierno de La Rioja, de momento, sin éxito.

En otras comunidades autónomas con lobo, como Asturias o Cantabria, se permite su captura como control de la especie, que corre a cargo de personal de la administración pública. Pero La Rioja “es la primera región donde vuelve a convertirse en un trofeo de caza, permitiendo su muerte por deporte”, denuncia WWF. Esto significa “abrir la puerta a la caza sin límites del lobo, porque ya que no existe ni siquiera un máximo claramente definido y no se tienen en cuenta los datos científicos actualizados sobre el estado de conservación de la especie”, añaden.

Tampoco existe “ninguna justificación científica para matar los pocos ejemplares que habitan en La Rioja, que son vitales para la supervivencia a largo plazo del lobo ibérico”, asegura el coordinador de conservación de WWF España, Luis Suárez. Además, se trata de una población “muy incipiente que se está estableciendo y que es de las más orientales, de las que están más cerca de los lobos de Cataluña y Aragón con los que se pueden mezclar y mejorar su variabilidad genética”. Se trata de “una medida exclusivamente política e incomprensible”, concreta.

La Rioja es una de las comunidades autónomas en las que vive la especie con menos ejemplares. Cuenta con una manada exclusiva y con otras cuatro que comparten territorio con Castilla y León, según el último censo dado a conocer este año. En esta última comunidad no se ha emitido todavía ninguna orden para capturar a la especie desde que salió del listado de especies protegidas este marzo, a pesar de ser donde más lobos viven, con 160 manadas exclusivas y 33 compartidas. Esa protección impedía dispararle en todo el territorio nacional, pero solo duró tres temporadas de caza, hasta que el Congreso aprobó el 20 de marzo su salida del listado con los votos del PP, Vox, Junts y el PNV.

WWF ha presentado un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja contra la Orden del Gobierno regional por la que se fijan las condiciones y períodos hábiles de caza para la temporada cinegética 2025-2026, solicitando su suspensión cautelar por su irreparable impacto en la conservación de la especie. WWF también ha pedido al Gobierno de La Rioja que recupere su protección autonómica e impulse su coexistencia con la ganadería extensiva, sin caer en soluciones oportunistas, para lo que ha urgido que vuelva a convocar la Mesa del Lobo, impulsando el diálogo entre sectores.

Otras organizaciones ecologistas como Ascel han solicitado también medidas judiciales, y todavía están a la espera de que los jueces se pronuncien.

El resto de territorios con lobo también se ha lanzado a permitir captura de ejemplares. El Principado de Asturias autorizó abatir a un máximo de 53 lobos, el 15% de su población, y anunció el 19 de septiembre que podrán intervenir cazadores en las reservas regionales en las que se haya detectado un mayor número de daños al ganado doméstico. Cantabria es la única comunidad que ha comenzado a abatir a los 41 animales que han decidido que sobran, el 20% de sus lobos, de los que a tres de septiembre se habían abatido 25. Galicia también incluyó a la especie en sus órdenes de veda para 2025, pero su caza está parada porque, en este caso, se aceptaron las medidas cautelares que Ascel había solicitado para paralizar su aplicación.

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