El Reino Unido registró en 2023 las emisiones más bajas de dióxido de carbono desde 1879
La última vez que el país llegó a este nivel de CO₂ se estaba colocando luz eléctrica en la primera calle inglesa
El Reino Unido registró en 2023 las emisiones a la atmósfera más bajas de dióxido de carbono de los últimos 145 años, según los datos provisionales del Gobierno que ha podido analizar Carbon Brief, la página web especializada en ciencia y políticas de cambio climático. Las emisiones se redujeron a 383 millones de toneladas de carbono, frente a las 412 de 2022. Es un descenso del 5,7%, mucho más notorio si se compara con el aumento global del 1,1%. No s...
El Reino Unido registró en 2023 las emisiones a la atmósfera más bajas de dióxido de carbono de los últimos 145 años, según los datos provisionales del Gobierno que ha podido analizar Carbon Brief, la página web especializada en ciencia y políticas de cambio climático. Las emisiones se redujeron a 383 millones de toneladas de carbono, frente a las 412 de 2022. Es un descenso del 5,7%, mucho más notorio si se compara con el aumento global del 1,1%. No se registraba un nivel así desde 1879, el año en que Mosley Street, en Newcastle, se convirtió en la primera calle inglesa con luz eléctrica.
El buen dato, sin embargo, no puede ser atribuido a las políticas concretas del Gobierno conservador de Rishi Sunak, sino a una cadena de factores circunstanciales como fueron un invierno de clima moderado, un incremento de los precios del gas derivado de la guerra en Ucrania —lo que rebajó su consumo— y una mayor importación de electricidad procedente de Francia.
El avance hacia un objetivo de emisiones cero, que Londres sigue fijando en 2050, se ve favorecido por un dato tan espectacular. Pero ha sido sobre todo una tendencia sostenida de reducción la que ha permitido aportar dosis de realismo a ese objetivo. “Muchos atribuyen el progreso experimentado por el Reino Unido al hecho de que haya externalizado gran parte [de su producción industrial y, por tanto] de sus emisiones, pero si observamos la última década, ese progreso ha tenido lugar en sectores donde no pueden externalizarse las emisiones, como la electricidad o la construcción. La mayor parte de la reducción en la industria ya se había producido mucho antes”, ha señalado Simon Evans, director sobre Políticas Climáticas de Carbon Brief.
En el Reino Unido ya solo queda abierta una planta de carbón, en Ratcliffe-on-Soar. Su cierre está previsto para el próximo mes de septiembre. Hace apenas 12 años, dos quintas partes del suministro eléctrico del país procedía de la combustión de este mineral. En 2022, el uso del carbón no llegó más que al 23% del total de la cesta energética.
Desde 1990, las emisiones del Reino Unido se han reducido en un 53%. La responsabilidad de los distintos sectores de la economía en esta contaminación ha cambiado en jerarquía y porcentaje de distribución. Si antes de 2014, el sector energético era el mayor emisor, en 2022 su participación pasó al quinto lugar, muy por detrás de otros sectores como la agricultura. Tanto en el caso de esta última como en el de la industria del transporte, el nivel de emisión apenas ha cambiado en los últimos 30 años. A pesar de las mejoras experimentadas por motores de combustión mucho más eficientes, y un aumento del parque móvil de vehículos eléctricos —ya llegan a un millón en el país—, las ventas de automóviles, y el tamaño de estos, no han dejado de aumentar.
Mejoras en la UE
Si los británicos redujeron en un 5,7% sus emisiones el año pasado, el conjunto de la UE lo hizo en un 8%. El avance logrado por el Reino Unido en los últimos años tiene mucho que ver con la eliminación del uso del carbón, pero esa estrategia comienza a ver reducido su rendimiento a medida que han desaparecido las plantas.
“Somos y seguiremos siendo los líderes mundiales en energía limpia, y la primera gran economía que ha reducido a la mitad sus emisiones entre 1990 y 2022″, ha asegurado el Ministerio británico de Seguridad Energética y Emisiones Cero en un comunicado oficial. Sin embargo, el Gobierno de Sunak ha recibido duras críticas de organizaciones medioambientales y organismos internacionales por las medidas electorales anunciadas este año, que suponen el retroceso en algunos avances en la lucha contra el cambio climático, y han cubierto el discurso del Partido Conservador con una sospechosa pátina de negacionismo.
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