Una gestión pesquera trasparente y eficaz
Hoy no podemos afirmar en España que el pescado que vendemos no venga de una zona protegida o que no esté relacionado con alguna actividad ilegal
Como chef del mar, me fascina este medio que, no olvidemos, es agotable, único e irrepetible. Provengo de una región en la que muchos dependen de la pesca para vivir. Cada día veo la crítica evolución del recurso y hoy escribo esta carta porque quiero que mis representantes políticos se comprometan con la defensa de nuestro océano y urge contar a la gente lo que está pasando en Bruselas.
España, junto con los demás países europeos, está negociando este mes un nuevo reglamento de control de la pesca. Como principal nación pesquera de Europa, España tiene el cometido de dirigir a l...
Como chef del mar, me fascina este medio que, no olvidemos, es agotable, único e irrepetible. Provengo de una región en la que muchos dependen de la pesca para vivir. Cada día veo la crítica evolución del recurso y hoy escribo esta carta porque quiero que mis representantes políticos se comprometan con la defensa de nuestro océano y urge contar a la gente lo que está pasando en Bruselas.
España, junto con los demás países europeos, está negociando este mes un nuevo reglamento de control de la pesca. Como principal nación pesquera de Europa, España tiene el cometido de dirigir a la UE hacia una nueva era de pesca sostenible que proteja la vida marina, brinde oportunidades a las zonas costeras más desfavorecidas y contribuya a la aplicación del emblemático Pacto Verde Europeo.
España debe abogar por la transparencia mediante la digitalización y modernización del sector pesquero. Los científicos deben poder contabilizar con precisión el número de peces capturados y verificar el cumplimiento de las normas vigentes. Pero hoy siguen existiendo vacíos legales que impiden el registro y el control de las capturas de la mayor parte de la flota de la UE. ¿Cómo se puede gestionar el recurso así? La única forma es dando palos de ciego, lo que está provocando el agotamiento de nuestro recurso.
En el siglo XXI, y con toda la información que poseemos, esto es simplemente inaceptable. Los pescadores se ven obligados a trabajar más duro para capturar menos peces y es posible que sus nietos ni siquiera tengan la posibilidad de pescar en el futuro. Las últimas cifras muestran, por ejemplo, que el 83% de las poblaciones de peces del Mediterráneo están sobreexplotadas.
Además, muchos animales marinos están siendo capturados de forma accidental, como tortugas, focas y aves marinas. Los científicos calculan que el pasado invierno murieron 7.500 delfines a causa de las redes de pesca en el Golfo de Vizcaya. Todos, incluido nuestro país, miran para otro lado.
Pero esto no tiene por qué ser así: España puede y debe dar un giro hacia la gestión eficaz y transparencia de la pesca. Lo puede hacer respaldando la consolidación de dos medidas clave en el nuevo reglamento de control de la pesca: el monitoreo electrónico (REM) y el margen de tolerancia (MOT).
El monitoreo electrónico de buques permite recabar información clave y fiable sobre la pesca. Es la última tecnología y la adecuada para cubrir la falta de datos que actualmente hace que los legisladores regulen dando palos de ciego. Muchos de nuestros barcos, como algunos atuneros, ya la están usando, pero muchos otros quedan en el limbo. Hay tres aspectos fundamentales sobre esta tecnología, que España y el Consejo deben tener en cuenta: el monitoreo electrónico es clave para evitar la captura accidental de especies sensibles; como tal, esta tecnología debe usarse en toda la flota en la medida de lo posible y no reducirse a un número pequeño de barcos; el monitoreo electrónico debe usar cámaras y sensores para capturar los datos de forma fiable.
El margen de error (MOT) es útil para los pescadores, ya que hasta ahora resultaba difícil estimar con precisión el peso de los peces capturados. No obstante, gracias a las nuevas técnicas, los pescadores ya pueden estimar las capturas con un alto grado de precisión. En pocas palabras, los pescadores no necesitan un margen de tolerancia mayor. Aun así, los Estados miembro de la UE, incluida España, están tratando de ampliarlo. Si el margen de tolerancia se incrementase pondría en entredicho la reputación internacional de la UE y de España como líder en materia de gobernanza sostenible de los océanos.
Confío en el poder del mar para alimentar y nutrir a la humanidad. A los españoles nos encanta el pescado y la cantidad de lonjas repartidas por todo el país es buena prueba de ello. Sin embargo, el Gobierno debe defender la ciencia y la innovación con el mismo ahínco y la ambición que yo pongo en servir plancton marino en mi restaurante y en plantar el cereal marino de Zostera que cultivamos en la bahía de Cádiz.
Cualquiera que trabaje en el sector de los productos del mar ha de ser capaz de decirle a sus clientes de dónde procede ese pescado, independientemente de que sean cocineros, vendedores o pescadores. Hoy no podemos afirmar con seguridad que el pescado que vendemos no venga de una zona protegida, que no esté relacionado con alguna actividad ilegal o que ese barco provoque la muerte de delfines. Contamos con todas las herramientas necesarias para hacerlo, pero necesitamos voluntad política para usarlas.
El señor ministro Luis Planas tiene la oportunidad de lograr que España lidere la digitalización del sector pesquero de la UE al defender firmemente el REM y el MOT en las negociaciones del Consejo de este verano. Como país, somos los primeros interesados en desarrollar una industria pesquera próspera que nos pueda ofrecer nuevas oportunidades de empleo, investigación e innovación y que nos sirva para establecer una alianza positiva con el océano.
Ángel León es cocinero y propietario del restaurante Aponiente.
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