Un oso ataca y hiere a una mujer en Asturias

La agresión le ha provocado un desgarro en la cara y la rotura de la cadera debido a la caída. En los últimos 30 años se han producido nueve sucesos semejantes y ninguna muerte

Una osa con dos cachorros, en el parque natural de Somiedo (Asturias).Somiedo fotos
Valladolid / Madrid -

Una mujer de 75 años fue atacada por un oso en una carretera comarcal de Sonande (Cangas del Narcea, Asturias) el domingo al atardecer. La afectada paseaba junto a un grupo de personas por este camino rural cuando quedó rezagada y se topó de frente con el plantígrado, que apareció de repente de entre los árboles situados al borde del camino en una curva. El animal, en una reacción típica de los osos, se puso de pie y comenzó a lanzar zarpazos alcanzándole el rostro. El golpe le ha provocado heridas en la parte inferior de la cara,...

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Una mujer de 75 años fue atacada por un oso en una carretera comarcal de Sonande (Cangas del Narcea, Asturias) el domingo al atardecer. La afectada paseaba junto a un grupo de personas por este camino rural cuando quedó rezagada y se topó de frente con el plantígrado, que apareció de repente de entre los árboles situados al borde del camino en una curva. El animal, en una reacción típica de los osos, se puso de pie y comenzó a lanzar zarpazos alcanzándole el rostro. El golpe le ha provocado heridas en la parte inferior de la cara, de las que ya ha sido intervenida. Al caer se rompió la cadera por el impacto. El oso no paró y huyó del lugar. La afectada, de iniciales C. S., fue trasladada al Hospital Comarcal Carmen y Severo Ochoa, de Cangas del Narcea, donde se le suturaron las heridas faciales y donde permanece ingresada. Su estado es estable con evolución favorable y está pendiente de una intervención quirúrgica.

En su huida el animal se encontró con otras dos personas, que se apartaron a un lado y continuó corriendo hasta un punto en el que halló un camino por donde escapó. La sucesión de los hechos parece indicar que el incidente se ha debido a un encuentro casual, indican fuentes del Principado de Asturias. El ataque es uno de los pocos que se han producido en España. Desde 1988 se han contabilizado nueve sucesos de este tipo y ninguna muerte, según los datos de la Fundación Oso Pardo (FOP). Tres personas tuvieron que ser ingresadas por esos hechos y solo una sufrió una herida que le podía haber costado la vida por una hemorragia.

Uno de los integrantes de la comitiva que acostumbra a frecuentar esa carretera, José Manuel López, relata que los hechos ocurrieron aproximadamente a las 21.15. “Solemos salir a pasear después de cenar”, relata. Aunque los habitantes de estas zonas de Asturias están habituados a ver a estos animales en el día a día, en ningún caso reciente habían notificado ataques a humanos. La mujer se había quedado algo rezagada cuando “el oso salió de una curva y la hirió”. Los gritos de ella y de los testigos hicieron correr a quienes iban algo por detrás de ella, que avisaron a la ambulancia y vieron las graves heridas que le había ocasionado el mamífero, especialmente entre la nariz y la barbilla, con los labios muy dañados. El ataque se produjo en una zona de alta montaña, en un área conocida como río Cibea, en el tramo de 1,2 kilómetros que separa las pequeñas localidades de Sonande y Llanera.

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La Guardia Civil ha iniciado una investigación para tratar de esclarecer lo ocurrido junto a la Patrulla Oso, entidad especializada en estos animales, y agentes de la guardería del Medio Natural. Estos mamíferos recuperan una mayor actividad después de la hibernación y se encuentran en celo. El alcalde de Cangas de Narcea, José Víctor Rodríguez, explica que el oso se debía de encontrar entre los matorrales, al borde de la carretera, y al pasar el primer grupo debió de pensar que ya no había más peligro y salió para cruzar la vía. Pero, en ese momento, la mujer se topó con el mamífero sin que nadie tuviera “capacidad de reacción”. Los acompañantes se dieron la vuelta al oír los gritos, indica el regidor, y vieron que el oso ya estaba huyendo.

Portavoces del Consistorio apuntan que el objetivo es capturar al plantígrado y, si es agresivo y “procede”, llevarlo a otra zona. Los ataques vividos últimamente eran sobre todo a ganado o a frutales o colmenas. “El oso sigue estando en peligro de extinción y no lo podemos demonizar, es un hecho aislado”, recuerdan. El consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, ha informado de que se han activado los protocolos ante una “situación excepcional que tiene que ver con el incremento de ejemplares de la especie”, y ha emplazado a analizar los hechos para “evitar este tipo de incidentes”.

El regidor de Cangas de Narcea mantiene que cada vez es más habitual que los osos se acerquen a núcleos poblados, pero no que ataquen a las personas. “Buscan sobre todo los contenedores”, señala. Tras el suceso, Rodríguez ha pedido al Gobierno asturiano reforzar las medidas para ahuyentar a los ejemplares de zonas pobladas, con petardos o haciendo ruido, y reforzar el número de efectivos de la Patrulla Oso en estos momentos, cuando hay más osos y también más personas.

Los vecinos, explica José Manuel López, están asustados. La mayoría de la población es anciana y los residentes se han acostumbrado a ver regularmente a los plantígrados. Según López, el que atacó a C.S. era “macho y muy grande”. Este hombre tiene una niña con la que sale por las carreteras “a pasear o ir en bicicleta” y ahora se encuentra receloso por el ataque. La gente mayor, añade, ya no va a recorrer tranquilamente esos parajes aunque haya sido un episodio aislado.

Encuentros con osos ¿Qué hacer?

Aunque todos los ataques de los que se tiene noticia se han producido por encuentros súbitos, no por depredación, según indica la Fundación Oso Pardo (FOP), es necesario seguir unas pautas cuando se visita una zona osera. En España, la especie protegida vive en dos núcleos; en el de la Cordillera Cantábrica, con 324 ejemplares, se han producido ocho ataques desde 1988 y en el de Los Pirineos, de 64 individuos, solo uno.

- El primer consejo es evitar esos encuentros fortuitos que pueden derivar en un ataque. Para ello, no hay que adentrarse en vegetación cerrada y roquedos, ni abandonar rutas y senderos señalizados.

- Si se va con perro, llevarlo atado y tampoco dejar restos de comida ni acercarse a carroñas, porque los osos se alimentan de ellas. Seguir los rastros (heces o huellas) tampoco es buena idea.

- Si el encuentro se produce y es a corta distancia no hay que correr, ni gritarle o amenazarle, porque se puede provocar una reacción agresiva. Lo mejor es retirarse despacio sin perder al oso de vista y sin hacer movimientos bruscos para que no identifique un peligro.

- Si avanza hacia la persona, hay que hablar, pero sin aspavientos y sin dirigirse a él.

- Y evitar acorralarle, porque si tiene una vía de escape huirá.

- En el caso de que aparezca un osezno que parezca abandonado, nunca intentar atraparlo, porque puede que la madre no esté lejos y acuda a defenderlo.

- Si todo esto falla y finalmente el ataque se produce, los expertos aconsejan tumbarse boca abajo o en posición fetal y permanecer inmóvil protegiendo la cara y la cabeza.

- En el caso de que se vaya en coche, hay que reducir la velocidad o parar y encender las luces de emergencia para que el animal salga de la carretera. Perseguirlo o tomar fotografías puede provocar accidentes con otros vehículos, concretan los expertos.

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