¿Por qué las fuertes nevadas no ponen en duda el calentamiento del planeta?

El programa de observación terrestre Copernicus señala que 2020 fue el año más caluroso en Europa desde que hay registros e igualó a 2016 como el más caluroso en el mundo

Diferencia de temperatura en 2020 respecto a la media del periodo 1980-2010.Europa Press

Las nevadas de estos días en España no cambian la clara tendencia en el planeta hacia un clima cada vez más caliente: según anunció este viernes el programa europeo de observación terrestre Copernicus, el año 2020 que acaba de terminar fue el más cálido en Europa desde que hay registros e iguala el récord de 2016 como más cálido a escala m...

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Las nevadas de estos días en España no cambian la clara tendencia en el planeta hacia un clima cada vez más caliente: según anunció este viernes el programa europeo de observación terrestre Copernicus, el año 2020 que acaba de terminar fue el más cálido en Europa desde que hay registros e iguala el récord de 2016 como más cálido a escala mundial.

¿Cómo puede nevar así y a la vez calentarse cada vez más el planeta? La nieve que está cayendo en muchos puntos del país tiene que ver con el tiempo (el estado atmosférico en un momento y un lugar concretos), que va cambiando cada día y puede variar entre el calor sofocante y el frío más gélido. Sin embargo, cuando los científicos advierten del calentamiento de la Tierra, se refieren al clima (la media de los valores diarios de temperatura, precipitaciones, etc… en un lugar determinado durante un periodo largo) y aquí la tendencia no deja lugar a dudas: de acuerdo a las mediciones de Copernicus, la última década ha sido la más calurosa en el mundo desde que se tienen registros y los últimos seis años han sido los más calientes.

Esto ocurre por el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Como ha señalado este viernes también el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, la concentración de CO₂ sigue subiendo a un rimo de 2,3 partes por millón (ppm) al año y en 2020 alcanzó un máximo de 413 ppm.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ya había advertido antes de acabar el año de que 2020 estaría entre los tres más calurosos registrados, junto a 2016 y 2019. Ahora, Copernicus asegura que 2020 iguala a 2016 como el más caluroso y destaca que esto es especialmente notable por coincidir el segundo semestre del año con el fenómeno La Niña, asociado normalmente a condiciones más frías.

En el caso de Europa, el Servicio de Cambio Climático de este programa de observación terrestre considera que 2020 fue el año más caluroso desde que hay registros, con 1,6 °C por encima de la media del periodo de referencia 1981-2010 y 0,4 °C por encima de 2019, que hasta ahora había sido el más cálido en este continente. Según los datos de Copernicus, la mayor diferencia de temperatura en el año en comparación con el periodo de 1981-2010 se dio en el Ártico y el norte de Siberia, con 6 °C por encima de la media.

La comunicación realizada este viernes no se refiere específicamente a España. Sin embargo, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) dio hace unas semanas unos datos que no está mal recordar ahora que se baten temperaturas mínimas de frío. Después de analizar los récords de temperatura de 2011 a 2020 en 80 estaciones de todo el país, los meteorólogos encontraron 1.430 marcas relacionadas con el calor y 79 con el frío. Es decir, el 95% de los récords que se registran en España son cálidos y tan solo el 5% fríos. O lo que es lo mismo, según incidió entonces la Aemet, por cada récord frío en la última década en nuestro país se han producido 18 cálidos.

¿Puede el calentamiento del planeta estar también detrás de este último episodio de nieve tan excepcional? Siendo rigorosos, todavía no se puede establecer científicamente una relación directa. Sin embargo, lo vivido estos días encaja con esos eventos meteorológicos extremos de los que llevan avisando los científicos desde hace años por el cambio climático y algunos estudios muestran que el calentamiento terrestre puede también amplificar la intensidad y nevadas de tormentas invernales.

Mientras tanto, el programa Copernicus recordó el pasado viernes que pese a reducirse en 2020 las emisiones que causan el cambio climático, como consecuencia de la pandemia, la concentración de estos gases en la atmósfera sigue aumentando. “Aunque las concentraciones de dióxido de carbono han aumentado ligeramente menos en 2020 que en 2019, esto no es motivo de celebración. Hasta que las emisiones globales no se reduzcan a cero, el dióxido de carbono continuará acumulándose e impulsando el cambio climático”, aseguró el director del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus, Vincent-Henri Peuch.

En lo que respecta de nuevo a la situación global, el programa Copernicus recordó que pese a reducirse en 2020, a causa de la pandemia, las emisiones que causan el cambio climático, la concentración de estos gases en la atmósfera ha seguido aumentando. “Aunque las concentraciones de dióxido de carbono han aumentado ligeramente menos en 2020 que en 2019, esto no es motivo de celebración. Hasta que las emisiones globales no se reduzcan a cero, el dióxido de carbono continuará acumulándose e impulsando el cambio climático”, aseguró el director del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus, Vincent-Henri Peuch.

“Los extraordinarios eventos climáticos de 2020 y los datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus nos muestran que no tenemos tiempo que perder. Debemos unirnos como una comunidad global para garantizar una transición justa hacia un futuro de cero emisiones. Será difícil, pero el coste de la inacción es demasiado elevado”, destacó a su vez Matthias Petschke, director de Espacio de la Dirección General de Industria de Defensa y Espacio de la Comisión Europea.

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