Así podría ser la primera estación privada en el espacio
El viaje de Axiom para llevar los primeros turistas a la ISS es parte de un ambicioso proyecto para construir una estación independiente de la actual
Justo en este momento hay en el espacio catorce personas: once a bordo de la Estación espacial Internacional (ISS) y tres más en la Tiangong china. Las cuatro que componen la expedición de Axiom volverán a la Tierra dentro de pocos días, dejando a sus compañeros en misiones de larga duración.
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Justo en este momento hay en el espacio catorce personas: once a bordo de la Estación espacial Internacional (ISS) y tres más en la Tiangong china. Las cuatro que componen la expedición de Axiom volverán a la Tierra dentro de pocos días, dejando a sus compañeros en misiones de larga duración.
El reciente vuelo contratado por Axiom Space se ha presentado como un capricho más de millonarios aventureros. En realidad, forma parte de un ambicioso proyecto que en pocos años deberá culminar en la primera estación espacial privada.
El primer lanzamiento de Axiom para construir su propio enclave espacial será un módulo que se unirá a la escotilla de proa de la ISS, entre los laboratorios europeo y japonés. Tiene la forma de un cilindro metálico que, a su vez, incluye varios puertos de amarre donde en el futuro irán añadiéndose otros componentes. La fecha prevista de lanzamiento es 2024.
Este primer elemento incluye una pequeña estancia panorámica, que quedará instalada en el nadir, o sea, en el costado siempre dirigido hacia la Tierra. La ISS ya dispone de un mirador –la Cupola, de fabricación italiana- en el que los astronautas pasan gran parte de su tiempo libre, viendo desfilar el paisaje bajo ellos. Pero el que planea Axiom es mucho mayor, con ventanales de casi dos metros y sin apenas marcos que obstruyan la vista. Es una opción claramente dirigida a atraer futuros visitantes de pago. Y es que, nos guste o no, este tipo de turismo existe y cobrará aún más importancia en los años próximos.
En 2025 se enviará al espacio el módulo de habitaciones, que aumentará la capacidad del complejo a ocho personas. Su diseño, encomendado al estudio de Philippe Starck (sí, el mismo autor del exprimidor de limones que se exhibe en el MoMA) recuerda mucho a los decorados de 2001: Una odisea del espacio. Cada visitante dispone de su cubículo personal, con ventana al espacio, luz de lectura y un iPad que funciona como pequeño televisor de pantalla plana.
Los dos siguientes componentes están previstos para 2026 y 2027. Son un laboratorio equipado para realizar ensayos industriales en microgravedad y una torre soporte de paneles fotoeléctricos para generar electricidad. Se habla incluso de un pequeño estudio de televisión donde producir programas de entretenimiento. El premio de un reality llamado Space Hero es, precisamente, un viaje al segmento orbital de Axiom.
Durante los primeros años, los equipos de Axiom se alimentarán de la energía generada por la propia ISS. La instalación de la torre de fotocélulas le conferirá total autonomía en cuando a servicios de comunicaciones, soporte vital, estabilización, atraque de naves de suministro...
Para entonces, algunos segmentos de la ISS tendrán ya más de treinta años. Y es posible que Rusia se haya retirado del proyecto, lo cual implicaría ciertas dificultades porque algunos sistemas críticos (propulsión y estabilización, por ejemplo) están en los segmentos rusos.
No está claro qué ocurrirá con la ISS. Quizá se mantenga en servicio unos años más o, según su estado, se decida desorbitarla haciéndola caer en el Pacífico. Pero para entonces, la estación privada ya no necesitará de sus servicios. Bastará con desengancharla del resto y dejarla seguir su propia trayectoria por el espacio. Ese es, al menos, el plan de Axiom Space. Y parece un plan sólido: varios de sus directivos y consultores no solo proceden de la NASA (como el propio Michael Díaz-Alegría, comandante de esta misión) sino que estuvieron implicados en el diseño original de la ISS.
Desde los años 50 ha habido muchos proyectos más o menos fantasiosos para crear estaciones orbitales. La diferencia es que esta vez ya se está construyendo. El primer contrato está adjudicado a Thales-Alenia, una compañía francoitaliana que ya ha fabricado varios módulos de la ISS, además de satélites de comunicación y vehículos de reabastecimiento para la Estación Espacial.
Los primeros elementos de módulos se lanzarán, con toda probabilidad, utilizando los cohetes Falcon de Space X. Alguno quizá sea demasiado grande o pesado y en ese caso podría recurrirse a los Ariane europeos, a los Falcon pesados o incluso al todavía no probado Starship de Elon Musk.
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