Una proteína contribuye a la agresividad de un raro cáncer infantil
Un grupo de investigadores españoles identifica una molécula que favorece el comportamiento metastásico del neuroblastoma
El neuroblastoma es un cáncer poco común, pero el más frecuente durante los dos primeros años de vida. Se trata de un tumor que afecta a la red que envía los mensajes desde el cerebro, el sistema nervioso simpático y, aunque solo representa entre un 8% y un 10% de los tumores pediátricos, según los datos de la asociación de pacientes NEN (Niños Enfermos de Neuroblastoma), es muy agresivo y desconocido. Un grupo de investigadores de la Universidad de Sevilla y el Instituto de Biomedicina andaluz ha desarrollado un estudio, publicado por ...
El neuroblastoma es un cáncer poco común, pero el más frecuente durante los dos primeros años de vida. Se trata de un tumor que afecta a la red que envía los mensajes desde el cerebro, el sistema nervioso simpático y, aunque solo representa entre un 8% y un 10% de los tumores pediátricos, según los datos de la asociación de pacientes NEN (Niños Enfermos de Neuroblastoma), es muy agresivo y desconocido. Un grupo de investigadores de la Universidad de Sevilla y el Instituto de Biomedicina andaluz ha desarrollado un estudio, publicado por The Lancet en Ebiomedicine, que identifica uno de los factores de esta agresividad y de la consecuente baja supervivencia: una proteína, denominada CD44, que “juega un papel fundamental en la metástasis”, según explica Ricardo Pardal, profesor del Departamento de Fisiología Médica y Biofísica de la Universidad de Sevilla y principal autor de la investigación.
En España se diagnostican medio centenar de neuroblastomas anualmente y el 90% de ellos, en menores de cinco años. “Se han descrito casos en mayores, pero son aún más raros”, comenta Pardal. Los tumores se forman, generalmente, en el tejido nervioso de la glándula suprarrenal y también en cuello, tórax, abdomen o pelvis. Sus síntomas son poco evidentes en las etapas iniciales (fatiga y pérdida del apetito) y otras manifestaciones pueden ser confundidas con efectos de enfermedades comunes.
La identificación del papel de esta proteína en el neuroblastoma puede ayudar en la fase de diagnóstico. “La CD44 es un elemento más de la maquinaria de propagación del cáncer. Se puede utilizar como marcador y, cuantos más haya, más fácil es detectar el tumor. Este marcador se expresa en grupos con cánceres muy agresivos”, afirma Pardal.
Pero también puede jugar un papel importante en el desarrollo de futuros tratamientos. “Creemos que la proteína CD44 contribuye al comportamiento agresivo de las células madre cancerosas responsables del crecimiento tumoral, de las recidivas, y de las metástasis. Interrumpiendo la función de esta molécula de adhesión, podemos ofrecer una nueva opción terapéutica”, explica el investigador.
Estos hallazgos deben ayudar a optimizar el pronóstico y el tratamiento de los neuroblastomasRicardo Pardal, profesor del Departamento de Fisiología Médica y Biofísica de la Universidad de Sevilla
“Estos hallazgos deben ayudar a optimizar el pronóstico y el tratamiento de los neuroblastomas, al menos en un subgrupo de pacientes, aquellos que expresen altos niveles de CD44 en los tumores”, añade.
La investigación se ha desarrollado con muestras tumorales de pacientes de neuroblastoma del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla en los laboratorios del Centro de Investigación, Tecnología e Innovación de la Universidad de Sevilla y en el Instituto de Biomedicina de Sevilla. En la financiación del estudio han participado la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, el Consejo Europeo de Investigación (ERC Starting Grant). El trabajo también ha contado con la colaboración de la asociación de pacientes NEN.
El cáncer infantil se enfrenta a dos desventajas principales en el ámbito de la investigación: al ser poco comunes, especialmente los tumores sólidos, llegan a ser considerados enfermedades raras, por lo que es también menos habitual el desarrollo de análisis concretos y líneas de estudios farmacéuticos; además, como los tratamientos se enfocan a los adultos, suelen generar efectos secundarios intolerables para enfermos tan jóvenes, de menos de cinco años.
Joaquín José Molí, presidente de la asociación NEN, cree que es necesario continuar con las investigaciones en este ámbito, que se han mantenido incluso durante la crisis del coronavirus, al igual que ha continuado la necesidad de recursos para los equipos y los proyectos. “Los resultados de la investigación de Pardal son muy importantes para nosotros. Es muy satisfactorio ver que este esfuerzo está ayudando a conseguir avances”, afirma.
Dos décadas de controversia
Jaume Mora, director científico del Área de Oncología y Hematología del hospital Sant Joan de Déu Barcelona, ajeno a la investigación de Pardal, destaca que “el estudio clarifica una controversia de más de 20 años sobre el papel de la molécula CD44”. “El análisis detallado y con la tecnología actual ha permitido esclarecer la discusión establecida por distintos grupos previamente sobre si la CD44 favorecía la diseminación de las células del neuroblastoma o no”, afirma.
Según Mora, la reciente investigación de Pardal y su equipo esclarece cómo esta proteína desarrolla un papel diferente en los distintos contextos y establece una metodología adecuada para separar estas células y poder así “identificarlas dentro del magma heterogéneo de poblaciones celulares en distintas fases de diferenciación que conforman el conjunto de las masas del neuroblastoma”.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aquí a nuestra Newsletter