Los 10 lugares favoritos de... Marcela Trujillo, artista visual: “Tuve una infancia muy de calle en San Miguel, algo que ahora no es tan común”
La pintora, ilustradora e historietista chilena, habla de su niñez jugando en una plaza, de su amistad con Jorge González, de su vida y su taller en avenida Matta, de sus exposiciones, de las fiestas en los 90 en La Batuta y de cómo la marcó estudiar Arte de Universidad de Chile


1. La Plaza 12 de octubre de San Miguel. Cuando niña dibujaba todo el día, pero también era muy amistosa. Iba mucho a jugar a esta plaza con amigas y amigos del barrio. Andábamos en bicicleta y en patines. Y teníamos un árbol club y un luche pintado en el suelo. Tuve una infancia muy de calle, algo que ahora no es tan común. Nací en 1969 y llegamos a San Miguel en 1973. Vivimos allá hasta que cumplí 21 años, así es que toda mi infancia y juventud más importante fue allá. Hacíamos obras de teatro y muchos juegos en el patio de la casa, que quedaba en la esquina de las calles Bartolo Soto con Arcángel. Eran juegos de roles: a la micro, al doctor, al negocio. Hoy en esa zona ya casi no hay casas, porque el Llano Subercaseaux es el sector donde se ha construido más edificios. Ahora he vuelto a ir a San Miguel, porque recuperé la amistad con Jorge González [el líder de Los Prisioneros]. Fuimos muy amigos cuando coincidimos viviendo en Nueva York, y nos reencontramos cuando él fue a ver mi exposición Vanity Fauna, el año pasado, en el Museo Nacional de Bellas Artes. Fue con las Cleopatras y los pasamos súper bien. Después de que nos reencontramos, me invitó a su casa y voy a verlo todos los domingos que puedo. (la plaza está ubicada entre calles Arcángel, Ruiz de Valledor, Rey Alberto y Florencia)
2. La Facultad de Artes de la Universidad de Chile. En mi casa se leía mucho, y había una buena biblioteca. Crecí leyendo historietas, La pequeña Lulú, el Condorito, el Pato Donald. Pero no teníamos una cultura de arte. Yo sabía nada de arte, y en el colegio tampoco me enseñaron. Entonces, para mí la facultad, en Las Encinas, fue como un portal. La fui conocer cuando estaba en cuarto medio y aluciné: vi salas llenas de atriles y gente dibujando y pintando. Ahí dije: ‘quiero estudiar acá’. Todos los ramos me gustaban y la gente era increíble, de todos lados de Chile. Era transversal. Había mucha gente loca, carreteábamos [ir de fiesta] en el patio, al que le decíamos ‘el verde bosque’. Cuando estudié pintura, me explotó la cabeza. Entonces, empecé a dibujar a mis amigos, a copiar fotos de revistas, y me di cuenta de que me quedaban parecidas. Y comencé a mezclar el mundo imaginario que yo tenía, porque cuando yo dibujaba no miraba nada, con la pintura, donde siempre había que mirar el modelo o una imagen. Junté las dos cosas y creo que ahí empecé a vivir el arte y mi cabeza comenzó a hacer chispitas. (Las Encinas 3370)

3. La Batuta. En la universidad yo era punk. Fue Cristóbal, un amigo, el que me hizo punk. Él tenía un grupo de rock underground chileno, Índice de desempleo. Para mí, a principios de los 90, La Batuta fue muy importante, de los lugares que repetía y al que seguí yendo cuando era más grande. En el escenario tocaban grupos, entre ellos, Índice (...) y Los Fiskales Ad-Hok. Alvarito España [el vocalista de Los Fiskales] además trabajaba ahí. Recuerdo que una vez hice un mural en La Batuta. (Jorge Washington 52, Ñuñoa)
4. Avenida Matta. Mis papás son personas muy esforzadas. Eran comerciantes. Mi papá tuvo un negocio de venta de antenas y mesas para televisión que se llamaba Tele equipo, en avenida Matta con Carmen, en Santiago, y desde chica yo lo acompañaba: él me pasaba unas libretas y yo dibujaba y dibujaba. Mis dos hermanas y yo trabajamos de cajeras y yo hice mi memoria, Brillo, la revista que reluce tus talentos, en la caja. Usé una máquina de escribir electrónica. (Avenida Matta 463)
5. El taller. Viví siete años en Nueva York, entre 1996 y 2003, y después dos en Alemania, en Hamburgo. Cuando volví a Chile, instalé mi taller en el segundo piso de Tele Equipo, que mi papá vendió el año pasado, porque se jubiló. Cuando botaron la casa, me cambié a este taller, que antes fue una bodega del negocio. Es un lugar muy especial, porque conozco a casi todos los vecinos y comerciantes de la cuadra. Mis hermanas y yo también vivimos también en esta casa. Además, acá grabamos La polola [el podacst de cómic femenino junto a la ilustradora chilena Sol Díaz]. (Pasaje Londres con avenida Matta)

6. El MAC. El Museo de Arte Contemporáneo fue el primer lugar donde expuse. Me inventaron a exponer Brillo, mi memoria, donde usé todas las pinturas que hice en los cinco años en Las Encinas, además de entrevistas, reportajes y publicidad, todo ficcionado, y un cómic autobiográfico. Fue muy importante pues fue un presagio de lo que iba a ser mi vida profesional. Acá también hice otra exposición, Galería de famosos, retrátese con los inmortales, en 1994. (Ismael Valdés Vergara 506)
7. Barrio Lastarria. Mi primera exposición cuando volvimos de Alemania (en 2007) fue Familienkern, en la Galería Stuart, con todo el tema nuevo de la familia y los hijos. Después, en 2011, lo hice en el Museo de Artes Visuales MAVI UC, con CFF, Ciencia Ficción Femenina, en 2011, que tenía que ver con las mujeres y la ciencia ficción: ese mundo desconocido y un poco terrorífico al que entramos cuando tenemos hijos y enfrentamos la realidad, las crianzas, la separación y todo lo que nos vende como maravilloso, pero que es súper difícil y agotador. (Plaza del Mulato Gil José Victorino Lastarria 307).
8. El Museo de Bellas Artes. Muchas veces pensaba: ‘qué ganas de exponer en el Bellas Artes’, y el año pasado expuse ahí Vanity Fauna, entre junio y octubre, en la que los curadores fueron Rolando Báez y Antonia Viú. En un viaje a Hungría, donde me invitaron a exponer a Budapest a la universidad, fui a muchos museos de historia del vestuario, donde vi imágenes de mujeres antiguas con vestidos largos, sombreros, tocados, y mucho art noveau. También compré libros y revistas usadas. La exposición es un mundo fantástico donde las animalas [vestidas con trajes de época victoriana] viven en el verde bosque, como el patio de Las Encinas. Son pintoras, escritoras, con un mundo propio. Es una revista femenina, que lanzamos en el museo, que no habla ni de la familia ni de los hijos, sino de todo lo que una mujer puede lograr con sus profesiones. Fue mucha gente a Vanity Fauna. Yo iba casi todos los domingos a hacer visitas guiadas al museo y me encontraba con el público. Me encantaba mostrar cómo había sido el proceso. Fue muy lindo (José Miguel de la Barra 650)

9. La Galería Plop. Es mítica, porque nos cambió la vida a muchos. Era una galería y librería dedicada al cómic y la ilustración. Ahí hice mi primera exposición solo de cómic. También lanzamos el primer número de Brígida [revista de cómic hecho por mujeres], que hacemos con Pati Aguilera e Isabel Molina, que eran de Plop, y Sol Díaz. Se cerró en 2019. Allí conocí y me encontré con mucha gente. Hacíamos lanzamiento de libros y siempre iba. (Merced 349)
10. Centro Casona Nemesio Antúnez. En la casona, todos los años se hace el Encuentro de Cómic e Ilustración, con dibujantas y dibujantes muy importantes de Chile y de otros países, pues han venido Power Paola, María Luque, Liniers, Bef, Sole Otero. También hemos hecho varios capítulos de La polola en vivo. Acaban de remodelarla, con una galería de arte muy linda donde me invitaron a exponer en agosto, con una revisión de mi trabajo, con cómics e ilustraciones. (Alcalde Fernando Castillo Velasco 8580)
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