Juan Francisco Rossel: el ‘Lamine Yamal’ chileno

La Confederación Sudamericana de Fútbol lo bautizó El Lamine Yamal chileno en su sitio web, destacando su actuación en los tres primeros partidos del Sudamericano Sub 20 en Venezuela, haciendo alusión a su talento, pero también a su origen. El delantero, formado en la Universidad Católica, nació en Santiago de madre ecuatoriana, por lo que era elegible para la selección menor de ese país, que lo contactó cuando recién tenía ocho años.

Al igual que Yamal, el más promisorio de los jóvenes españoles —descendiente de marroquí y ecuatoguineana— Rossel es uno de los aportes de la creciente inmigración al deporte chileno, como quedó claro en los Panamericanos y en los Juegos Olímpicos. En el fútbol se han dado varios casos en el último tiempo, siendo el más destacado el de Jean Beausejour, uno de los puntales de la Generación Dorada. A Rossel lo tentaron en un momento crítico de la selección chilena, que se ha quedado fuera de los últimos dos mundiales y tiene pocas opciones de ir al próximo.

Pero a Juan Francisco Rossel sólo le interesa jugar por Chile. Y lo demostró en este torneo donde se ha convertido en protagonista absoluto, aunque con un tránsito inusual entre héroe y villano. Fue la figura en el debut ante los locales al marcar los dos tantos que le dieron la victoria a La Roja de Nicolás Córdova. Pero un cabezazo a puerta propia en el minuto 96 significó la caída ante Uruguay, el vigente campeón del mundo. En el tercer pleito, ante Perú, parecía condenar al fracaso a la escuadra cuando desperdició un lanzamiento penal faltando seis minutos y estando Chile abajo en el marcador, pero dos goles de su autoría lo volvieron a colocar -en la agonía- en el pedestal de los elegidos.

En las tribunas del estadio, como es tradicional en este tipo de certámenes, observadores de los principales clubes del mundo siguen sus actuaciones y su sobresaliente desempeño lo pone como uno de los preferidos para lograr contrato, en un torneo donde el argentino Claudio Echeverri ya está firmado en el Manchester City, la promesa de 17 años del Ecuador Kendry Páez se marchará al Chelsea, el colombiano Alexéi Rojas está en los registros del Arsenal y el brasileño Gabriel Moscardo fichó en el PSG.

Rossel no era el más cotizado de los jugadores chilenos al inicio del torneo. Damián Pizarro, formado en Colo Colo y actualmente en Udinese, no ha podido debutar en la Liga italiana y su divorcio con el gol es también evidente en el Sudamericano. El club aceptó cederlo para esta competencia para revalorizarlo, pero la irrupción del joven goleador de la UC postergó esos planes. Hoy, con goles, personalidad y capacidad para superar los trances adversos, Rossel espera que alguna oferta llegue hasta San Carlos de Apoquindo, con la esperanza de subir de categoría habiendo jugado menos de una decena de partidos como titular en su club.

Pero el Lamine Yamal chileno es mucho más que una oportunidad de mercado. En medio de una crisis formativa en los grandes clubes nacionales y una selección que se prepara para jugar la Copa del Mundo 2025 como anfitriona, la joya cruzada es la excepción que confirma la regla. La selección juvenil llegó a Venezuela en medio de las críticas generales y las dudas de su propio entrenador. Nicolás Córdova, formado en Coverciano, es un convencido de que se requiere modificar las estructuras formativas del fútbol chileno, que por reglamento obliga a los clubes a incorporar un juvenil en las escuadras titulares.

El método no funciona. Ni siquiera para Rossel, que jugó muy poco la temporada anterior y que ahora tiene pocas chances de titularidad en su equipo. Por eso para la figura de la selección, para el héroe y el villano del torneo sub 20, el paso a la segunda ronda es vital: tiene asegurada la convocatoria al Mundial, pero lo que suceda de aquí al Mundial será clave en su valoración.