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El informe PNUD dice que el 57 % de los chilenos quiere cambios profundos pero graduales

La nueva edición que publica el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Chile también revela que el 59% de los consultados detecta un empeoramiento de la situación del país en los últimos años

Un hombre sostiene una bandera mapuche durante una manifestación frente al antiguo congreso nacional durante el primer día de la convención constitucional. En julio de 2021.
Un hombre sostiene una bandera mapuche durante una manifestación frente al antiguo congreso nacional durante el primer día de la convención constitucional. En julio de 2021.SOPA Images (SOPA Images/LightRocket via Gett)
Maolis Castro

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Chile ha dado a conocer este miércoles los resultados de su informe sobre desarrollo humano, cuya primera versión se realizó en 1996 y, de su última entrega, ha transcurrido casi una década. Es un periodo en que Chile ha vivido al menos tres procesos que lo han marcado: el estallido social de octubre de 2019 y dos intentos, fallidos, de cambiar su Constitución, en 2022 y 2023. El reporte, titulado ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?, precisamente aborda una serie de etapas y aspiraciones de los chilenos.

De acuerdo con la publicación, los chilenos tienen la sensación de que no han conseguido los cambios esperados o, al menos, no han sido suficientes en relación con derechos sociales y aspectos claves para el avance del país. Destaca que el 59% de los consultados detecta un empeoramiento de la situación del país en los últimos años, lo que atribuyen a las pocas capacidades de la sociedad para empujar estas transformaciones.

En Chile se ha instalado un debate intenso sobre el alcance de los cambios desde la revuelta social ocurrida hace cinco años, lo que ha seguido latente tras los dos intentos de sacar adelante una nueva Constitución y las propuestas de reformas del Gobierno de Gabriel Boric. “Mientras unos señalan que Chile cambió radicalmente a partir de las movilizaciones de 2019, dejando atrás una fase de conformismo de treinta años, otros sostienen que la pandemia modificó profundamente nuestra convivencia social, y hay también quienes dicen que en realidad nada ha cambiado porque aquel impulso de 2019 se frustró, o que las reformas de la última década han hecho retroceder al país. En cualquier caso, en la última década Chile habla de sí mismo en clave de cambios, y el deseo de cambios profundos persiste entre las grandes mayorías”, apunta el informe.

La representante residente del PNUD en Chile, Georgiana Braga-Orillard, ha subrayado que los chilenos quieren cambios profundos, pero graduales. “Tienen una visión pragmática y diversa, con aspiraciones que son una mezcla de seguridad, derechos sociales y crecimiento económico, sin encajar en agendas unidimensionales de cambio. Por ello, para estar a la altura de esas expectativas, es urgente construir las condiciones para que la sociedad chilena pueda conducir cambios exitosos”, ha explicado.

La cifra de quienes quieren estos cambios graduales ha aumentado de un 37%, en 2013, a un 57% el año pasado. De acuerdo con la publicación, la mayoría está dispuesta a apoyar un liderazgo cuyas promesas tarden en hacerse realidad, si es capaz de avanzar en la dirección correcta. Eduardo Candia, investigador del PNUD Chile, asegura que tras el fracaso de los procesos constituyentes la ciudadanía no tiene una preferencia unidimensional respecto del rol del Estado y cómo solucionar los problemas de la vida en común. “Las personas quieren más seguridad pero, a la vez, avanzar en igualdad de género; quieren más crecimiento económico, pero con justicia social. Las propuestas tendían a ser más unidimensionales”, ha precisado en una entrevista con Cooperativa.

Para un 67% de los encuestados, los liderazgos políticos son responsables de obstaculizar acuerdos para resolver los problemas del país. Los que tienen esta opinión apuntan a que los actores políticos priorizan sus intereses personales, cuentan con poca experiencia o no conocen los problemas de la población, privilegian su ideología o no tienen voluntad para alcanzar pactos.

Sin embargo, uno de los principales hallazgos es que, al menos dos tercios de las personas, reconocen que la resolución de problemas típicos de la vida social es una labor de gran dificultad. La conclusión de los investigadores es que “esta posición puede reflejar un estado de resignación ante las deudas del cambio, pero un aprendizaje derivado de experiencias de cambio frustrantes de los últimos años”, lo que sugiere una “ciudadanía más paciente y realista que antes”.

Además de analizar algunos de los obstáculos para llevar a cabo las demandas sociales, el PNUD también identifica oportunidades para superar las dificultades. Resalta que el Estado chileno ha demostrado capacidades relevantes para la conducción de los cambios, ya que en el pasado ha sido capaz de implementar políticas públicas de forma proba, eficiente y eficaz. Y estose refleja en su informe, el cual asegura que la mayoría de la población considera que el Estado es clave en la vida social y debe tener un papel fundamental en ámbitos como la salud, la educación, el sistema de pensiones, entre otros aspectos.

Entre las condiciones que detectadas por el PNUD para construir en Chile resalta reconocer que el crecimiento económico desempeña un papel fundamental en la concreción de cambios sociales, pues con la expansión de los recursos disponibles a través de una mayor actividad económica, el Gobierno puede implementar programas que directamente mejoren el bienestar de la ciudadanía y reduzcan las desigualdades socioeconómicas.

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Sobre la firma

Maolis Castro
Es periodista de EL PAÍS en Chile desde 2024, antes estuvo en el medio económico Bloomberg Línea. Trabajó para EL PAÍS desde Venezuela entre 2016 y 2019. También estuvo en el portal de periodismo de investigación Armando.info y El Nacional. Ha colaborado para medios como Pulso (Chile), The Wall Street Journal y ABC (España).
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