Los bebés robados de Sara
Una de las víctimas de la práctica ilegal logra reencontrarse con sus dos hijos 40 años después
[Esta pieza es una versión de uno de los envíos de la newsletter semanal de Chile, que se envía todos los miércoles. Si quiere suscribirse, puede hacerlo a través de este enlace].
Queridos lectores:
Esta semana llevamos una historia que indigna por su crueldad e injusticia, pero con un final luminoso. La historia de Sara Melgarejo, a quien les robaron dos bebés en un hospital de S...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
[Esta pieza es una versión de uno de los envíos de la newsletter semanal de Chile, que se envía todos los miércoles. Si quiere suscribirse, puede hacerlo a través de este enlace].
Queridos lectores:
Esta semana llevamos una historia que indigna por su crueldad e injusticia, pero con un final luminoso. La historia de Sara Melgarejo, a quien les robaron dos bebés en un hospital de Santiago durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), aunque las investigaciones revelan que la práctica supera el contexto histórico y no se remite solo a esa época. A mediados de los ochenta, la mujer de escasos recursos dio a luz a un niño y al año siguiente a una niña, los que les fueron arrebatados en la sala de parto antes de que siquiera pudiese escucharlos llorar. Le dijeron que habían nacido muertos. Dos domingos atrás, sin embargo, se reencontró con ellos, 40 años después. Sus hijos fueron dados en adopción a una familia estadounidense que, gracias a la Fundación Connecting Roots, dio con la madre engañada.
Estuve con Sara y sus hijos, Sean y Emily, al día siguiente de que se abrazaran por primera vez. Todavía impactados por todo lo que les estaba ocurriendo y con el muro lingüístico —ella no habla inglés y ellos no hablan español—, la familia se comunicaba a través de caricias y miradas de afecto. Un intérprete gestionado por la fundación les seguía los pasos para traducir lo que fuera necesario decir. Aunque en esos momentos les costaba encontrar las palabras para describir la emoción. Todo el dolor y la rabia por haber sido separados, contaban, desapareció en el aeropuerto de Santiago. La felicidad de poder comenzar una relación que hasta hace un par de meses creían imposible los inundaba.
Para escribir su historia hablé con Rose, la madre adoptiva. Su testimonio fue clave más allá de las razones obvias. Fue ella la que durante unas dos décadas buscó a Sara. Primero contrató a un detective privado para buscar a la chilena que aparecía en el acta de adopción, pero no tuvo éxito.
Durante mucho tiempo, Rose leyó con interés los artículos que hablaban de las adopciones irregulares en Chile. Tres años atrás, una de las piezas periodísticas detallaba la investigación del magistrado Mario Carroza sobre los hechos, donde mencionaba a la trabajadora social que había gestionado sus adopciones y que en los documentos que le habían incautado en su casa en Santiago figuraba la agencia de adopción de Washington a la que ella había recurrido. La Fundación Connecting Roots, dedicada a ayudar a las víctimas de los robos y adopciones ilegales, hizo el resto.
La persistencia y voluntad de este caso es ejemplar. Pero hasta abril de 2023, con más de 1.000 casos judicializados en la causa “sustracción de menores y adopciones ilegales”, aún no se ha dictado ninguna sentencia condenatoria.
Otras historias
Gracias por recibirnos en su buzón. Aquí, más abajo, les dejamos las mejores piezas periodísticas de la semana trabajadas desde la redacción de EL PAÍS en Chile.
Tomás Vodanovic, el alcalde de Maipú, el segundo municipio más poblado de Chile, no para de subir en las encuestas y hoy es la figura mejor evaluada de todo el Frente Amplio, la coalición del presidente Gabriel Boric. Los invito a leer este perfil que escribió mi compañera Antonieta de la Fuente en el que cuenta detalles de su estilo, sus redes y su historia.
El caso del presunto secuestro a un exmilitar venezolano en Chile tiene al país en ascuas. Una semana después de lo ocurrido, aún se desconoce su paradero. Mi compañera Ana María Sanhueza escribió esta pieza con las claves de lo que se sabe hasta ahora sobre la desaparición de Ronald Ojeda, de 32 años.
Las personas mayores en Chile están alzando la voz frente a la discriminación bancaria. Acusan que por su edad hay entidades financieras les niegan la posibilidad de contratar productos y servicios. Es una realidad que la periodista Maolis Castro documentó en este artículo en el que el premio Nacional de Ciencias, Miguel Kiwi Tichauer, cuenta su experiencia cuando el banco le negó una tarjeta de crédito.
La atención ha estado puesta los últimos días en Daniel Urrutia, el controvertido juez que tiene contra las cuerdas a la mayor cárcel de seguridad chilena. Mi compañera Ana María Sanhueza hizo este perfil del magistrado que ha concedido videollamadas a cuatro detenidos, considerados por el Gobierno de Boric como de alta peligrosidad. Les recomiendo leer quién es el hombre que en sus más de 20 años en el Poder Judicial ha tenido varias sanciones de superiores y se ha alejado de sus pares progresistas.
Muchas gracias queridos lectores. En una semana más, estaremos nuevamente en sus buzones.
Un abrazo.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS Chile y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.