Chile impuso la historia frente a Perú

La última vez que Perú ganó en Santiago fue el 24 de febrero de 1985, en un partido amistoso. Desde entonces, los protagonistas del clásico del Pacífico se enfrentaron 20 veces en Chile, con 18 triunfos para La Roja y dos empates. Son, en otras palabras, ocho victorias consecutivas para quien oficiaba de anfitrión en el Estadio Monumental.

Ese factor, más que ningún otro, le permitió a la escuadra de Berizzo quedarse con los primeros tres puntos en estas clasificatorias. Con un fútbol muy pobre nuevamente, y apostando a las pelotas detenidas, que le permitieron abrir la cuenta a los 73 minutos con un lanzamiento de esquina de Alexis Sánchez que remató en la boda del arco el goleador del América de México, Diego Valdés.

Ese gol llegó en un momento justo, cuando la impotencia se apoderaba de los rojos y el rígido esquema visitante se aprontaba para hacer los cambios que le permitieran acercarse mínimamente al arco rival. La críticas de la prensa peruana han sido lapidarias contra Juan Reynoso, el reemplazante de Ricardo Gareca, el técnico que los devolvió al primer plano futbolístico en el continente.

La alegría del triunfo opacó las legítimas dudas que arrojó el planteamiento chileno, que una vez más careció de sorpresa y profundidad, pero contó con un mediocampo que no tuvo fisuras y que, pese a no alimentar a Alexis Sánchez y Ben Brereton, tuvo de manera irrestricta la posesión de la pelota.

El 2 a 0 llegó con dos figuras jóvenes que se conocen desde el proceso formativo, Alexander Aravena y Marcelino Núñez, que finalmente aprovecharon los espacios para meter un contragolpe letal.

Las clasificatorias sudamericanas ya marcan tendencias. Mientras Argentina, el campeón del mundo, suma tres victorias con escaso aporte de Messi, Brasil tuvo un tropezón inesperado ante Venezuela, el próximo rival de Chile. Un resultado que complica al scratch y que acelera y apresura la llega de Carlo Ancelotti, su técnico elegido para ganar el mundial.

En esta parte del mundo, la historia pesa, y mucho. Hay un duelo que, tradicionalmente, enfrenta a dos selecciones que han batallado por décadas para imponerse. Ese, y la pelota muerta que le dio vida, fue la clave un triunfo que le dio aire a un Chile que lo necesitaba. Y mucho.