Unas personas sueñan con que les toque la lotería y otras con cantarla

Entre bombos y bolas un grupo de 31 niños se preparan para el sorteo de la lotería de Navidad de este sábado. Si unas personas sueñan con que les toque la lotería, estos chavales lo hacen con cantarla. Esto les ocurre, una vez al año, a los 60 niños de la residencia-internado San Ildefonso cuando llega el momento de elegir a los niños cantores de esa edición.  

Quedan pocos días para el sorteo y en en la residencia de San Ildefonso realizan los últimos ensayos del sorteo. Unos suben en parejas a un pequeño e...

Entre bombos y bolas un grupo de 31 niños se preparan para el sorteo de la lotería de Navidad de este sábado. Si unas personas sueñan con que les toque la lotería, estos chavales lo hacen con cantarla. Esto les ocurre, una vez al año, a los 60 niños de la residencia-internado San Ildefonso cuando llega el momento de elegir a los niños cantores de esa edición.  

Quedan pocos días para el sorteo y en en la residencia de San Ildefonso realizan los últimos ensayos del sorteo. Unos suben en parejas a un pequeño escenario; por los pasillo se escuchan retahílas como: “11-9-19, mil euros”, entona Hafssa, de 10 años. Es el segundo año que participa  cantando en el sorteo de la lotería. “Tengo nervios cuando pienso que tenego que leer bien el número", dice Hasfssa, "pero si pienso solo en la cifra, me ayuda a concentrarme”.

Mientras Alonso y Nerea esperan su turno para subir al escenario, se imaginan un futuro en el que, de mayores, les tocara el Gordo: “Se lo darían a su familia y a los pobres”, dice resuelto Alonso. Los profesores les enseñan a proyectar la voz y a tener un ritmo fluido y constante. La selección de los niños que iban a cantar se hizo el pasado 17 octubre. Desde entonces ensayan por parejas, un mínimo de dos veces por semana, una tabla que dura 20 minutos. “Hacemos una prueba tipo Operación Triunfo, a la que se presentan todos los chavales que quieren cantar el premio extraordinario. Es un día un poco caótico, porque todos quieren hacerlo”, explica Vicente Ramos Rodríguez, uno de los educadores que entrenan a los niños en el arte de cantar números. Desde que son seleccionados, los ensayos son casi diarios: “Lo que más me gusta de la residencia de San Ildefonso es la labor social que hacen con los niños más allá de la Lotería”, añade Ramos sin quitar ojo del ensayo. En escena está Ilyas, de 10 años. No tiene miedo de trabarse, solo espera ser el que cante el Gordo: “Es mi sueño y estoy ensayando mucho”.

Para convertirse en niño de San Ildefonso en el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad es necesario cumplir una serie de requisitos: tener cumplidos los ocho años y una cierta altura para alcanzar bien a las tablas y poder colocar las bolas, gozar de una buena vocalización a la hora de cantar tanto los números como los premios. De los 31 elegidos, 22 son niñas. Una gran diferencia con respecto a hace tiempo, cuando solo los chicos cantaban la lotería. De los elegidos, solo 17 pisarán el escenario del Teatro Real: los demás ayudarán en otros menesteres. Por ejemplo, Daniela, de ocho años y que lleva cuatro años en la residencia, es la encargada de extraer el bombo. No le importa: reconoce que le llena de ilusión formar parte de los elegidos para la lotería. En San Ildefonso formar parte de este equipo es uno de los momentos del año.